SEBASTIAN BELTRÁN GAETE/AGENCIAUNO
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El obispo Emiliano Soto, presidente de la mesa ampliada de entidades evangélicas y protestantes de Chile, señaló a La Tercera que aunque los casos son más acotados que en la Iglesia Católica, el tema de los abusos sexuales también preocupa a las iglesias cristianas.

Frente a los abusos sexuales a niños el obispo cree que se trata de situaciones muy puntuales. “Se dan algunas situaciones muy puntuales con respecto al abuso sexual en niños. Yo creo que lógicamente en mucho menor escala de lo que ha ocurrido con la Iglesia Católica”.

Sin embargo sostiene que estos hechos son de menor escala en la iglesia evangélica que en la católica, debido a “que el pastor es una persona casada, que tiene familia, su área sexual está en gran parte satisfecha”.

Al ser consultado sobre si existe encubrimiento dentro de su iglesia Soto es enfático:

“No se van a encontrar encubrimientos por muy importante que sea el obispo o el pastor” y subrayó que “no hay un amparo, una protección. Marca una diferencia con la Iglesia Católica porque nosotros no tenemos un derecho canónico o alguna infraestructura legal que pueda dar protección a algún pastor”.

Si embargo en sólo la última década se han registrado al menos 40 casos de pastores vinculados a casos de buso sexual.

“No niego que se han dado dentro de la realidad evangélica. En Chile hay 3.500 denominaciones de derecho público y otras 700 de derecho privado, de esas nosotros creemos que existen entre 22 mil a 23 mil pastores evangélicos. Las denominaciones todos los años están revisando casos; sé que hay gente que está siendo suspendida o expulsada por diversas razones, no solo por temas de abusos”.

Para Soto, la democracia dentro de su iglesia ayuda a que no existan los mismos abusos que en la iglesia católica ya que no existe una estructura piramidal.

“Una persona afectada puede inmediatamente acceder a la autoridad. Tampoco existe la confesión o el secreto de la confesión dentro de la realidad teológica del mundo evangélico y cuando empiezan a aparecer líderes espirituales que traten de guiar a una persona nos preocupa, hay que abrir los ojos, porque querer dirigir la mente o la conciencia e inducir a una actividad sexual impropia, eso no es religión, Dios no está ahí”, concluyó.

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