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El presidente de Agencias Universales, José Manuel Urenda, fue una de las personas que voló en helicóptero desde Vitacura a Cachagua. Pero según reveló, “esto ocurrió antes de que existiera prohibición de volar y antes que se produjeran traslados por Semana Santa a la costa”. 

En conversación con La Tercera, el empresario relató que “jamás se me ocurrió trasladarme, no obstante yo reúno los requisitos para haberme instalado allá. Tengo la edad y fui operado del corazón hace un par de años, un año y medio, más o menos”.

Además, dice que toda la documentación estaba en regla. Viajó con un piloto, con su respectivo salvoconducto, y no habían barreras sanitarias que sortear, según consultó. 

El motivo del traslado dice que fue por trabajo, que fue a ver un centro de distribución a la salida de Santiago al norte y que después pasó a su casa en Cachagua. Por último, su versión dice que regresó a las 17:00 horas a Santiago.

A la gente le molestan los helicópteros, pero nosotros estábamos metidos en puertos. Tenemos faena de remolcadores. Tenemos un barco que distribuye los combustibles. En el sur hacemos la conectividad. Tenemos transbordadores que pasan por el canal del Chacao y participamos en la parte de servicios de la industria salmonera para que no deje de funcionar. Es mi actividad. Es como mi auto, porque me muevo mucho a Valparaíso“, explica.

“Esta noticia que salió hoy en la que salgo destacado como si fuera un delincuente, la verdad es que son verdades a medias y muchas falsedades. Que no saben si tenía autorización o no, si nadie puede volar, porque te caducan la matrícula. Te pasan multas. Una serie de sanciones. Es obvio que tenía permiso. Después no sé qué más dicen”, se defendió. “Cuento con salvoconducto y me lo acaban de renovar ayer por 15 días más. Estaba plenamente vigente”, insistió. 

El otro caso identificado

Se trata de Cristóbal Kaufmann, un conocido empresario del rubro automotriz. Su abogado, José Luis Riesco, explicó al diario La Segunda que su cliente despegó el viernes 10 de abril desde Tobalaba a su casa de veraneo de Cachagua.

Según dijo, fue el mismo Kaufmann quien se autodenunció en esa misma jornada ante la autoridad sanitaria de la Región de Valparaíso.

Su defensa para trasladar fue que en su edificio en Vitacura había una persona contagiada y hay un solo ascensor, por lo que temía contagiarse, y su objetivo era quedarse el resto de la cuarentena en su casa de la playa.

“Don Cristóbal salió de su departamento con permiso porque iba a comprar un medicamento, pero extendió el viaje y fue al aeródromo… Si era tan importante restringir las salidas a Santiago, incluidas las aéreas, la autoridad debió haber instruido a la Dgac para que estableciera una norma restrictiva a los pilotos”, argumentó Riesco.

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