Tomasbengolea
Agricultura
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“Nuevas Voces” es el nuevo programa de Agricultura, conducido por Tomás Bengolea, que dará espacio para que las nuevas generaciones se toman la agenda.

Con nuevas ediciones todos los domingo, de 11:00 a 12:00 horas, el programa de análisis discutirá de actualidad política desde una perspectiva para atraer y potenciar el interés de la juventud hacia los desafíos públicos que enfrenta nuestro país de cara al futuro.

Junto a Tomás, los acompañarán una diversidad de panelistas como Constanza Hube, Alejandro San Francisco. Historiador,  Isabel Plá,  Arturo Fermandois y  José Francisco Lagos. 

Para conocer más del conductor del programa, te dejamos la siguiente entrevista:

-¿Cuál consideras que es el desafío de las nuevas generaciones en materia de construcción política? 

“En el mediano plazo, veo al menos tres desafíos para las nuevas generaciones, que deben asumirse sobre la base de una formación intelectual rigurosa y amplia. Primero, la importancia de fomentar la participación y el compromiso por los asuntos públicos y los problemas sociales de nuestro país. En segundo lugar, la recuperación de un clima de amistad cívica, que los jóvenes nos comprometemos con los principios democráticos y el diálogo, y escapemos de la lógica de las funas, muchas veces instaladas en las universidades y ambientes juveniles. Finalmente, creo que nuestra generación tiene que tener los pies en la tierra: inquietarse y movilizarse por las urgencias sociales, como la derrota de la pobreza, la maternidad vulnerable y las bajas pensiones de nuestros adultos mayores, pero siempre entendiendo que nuestro aporte debe ser sobre lo construido y progresado en los últimos 40 años. Sólo la soberbia podría llevarnos a creer que Chile comienza con nosotros. Asumiendo estos desafíos, tengo esperanzas en el surgimiento de una generación de jóvenes que se la juegue por levantar al país en tiempos de crisis”-

-¿Cómo evalúas a la oposición?

Todos sabemos que en Chile existen distintos tipos de oposición. Por un lado, tenemos una oposición democrática, de espíritu republicano, que entiende que perdió las últimas elecciones presidenciales y que asume su rol es ser oposición, con respeto al estado de derecho, a las reglas del juego y con sentido de país. Sin embargo, también tenemos, lamentablemente, una oposición muy extrema, que siempre busca excusas para validar la violencia, y que la ha utilizado políticamente para hacer avanzar su agenda. Creo, además, que se han incubado gérmenes de populismo en algunos grupos de izquierda, que simplifican las discusiones y dañan gravemente las instituciones del país.

-¿Existe, bajo tu prisma, una derecha de unión? Se habla mucho de representación al respecto

En los últimos meses se ha visto tensión en la derecha, como sucede en la política chilena y la sociedad en general, por los tiempos que vivimos. Sin embargo, pienso que, en la discusión constituyente, la derecha tiene una gran oportunidad para agruparse en torno a ideas y principios fundamentales como la dignidad humana, la economía libre y la justicia. Dada la envergadura de lo que viene, y con una mirada de largo plazo, debiésemos tratar de unir a lo que está a la derecha del socialismo, para enfrentar de la mejor manera los debates que se vienen en Chile, siempre en el entendido de que en las coaliciones y pactos conviven personas distintas, con algunas ideas diferentes. pero que están articuladas en base a principios comunes.

-¿Qué le falta a la derecha?

La derecha chilena enfrenta varios desafíos. Quiero quedarme con tres que me parecen muy relevantes. En primer lugar, necesitamos de una derecha valiente y con actitud. En la discusión constituyente, la izquierda está luchando por sus ideales y su visión de sociedad, y la derecha no puede contentarse con defender sus mínimos. Debemos salir, con fuerza, a promover nuestro sueño de justicia, libertad y oportunidades para todos los chilenos. En segundo lugar, la derecha debe hacerse cargo del debate cultural, porque no se trata sólo de ganar elecciones, se trata de generar cambios de largo alcance. Debemos ser capaces de transmitir nuestras ideas con sentido popular, y con arraigo social, reconociendo el rol que juegan los centros de estudios, fundaciones y partidos políticos en esta pega. Finalmente, la derecha tiene un déficit importante de diversidad social. Debemos avanzar hacia una derecha con gente de mundos distintos, que estudien carreras y ejerzan profesiones diferentes, que representen a las distintas regiones del país y, así, la derecha pueda dar cuenta fielmente de las distintas realidades que existen en Chile.

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