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El empresario minero y filántropo Leonardo Farkas se encuentra en el ojo del huracán luego de que se haya visto involucrado en la investigación de los denominados Pandora Papers, luego de que se detectaran fundaciones privadas suyas en Panamá, con las que planeó la sucesión de su patrimonio.

En ese sentido, tras la publicación de un nuevo reportaje de Ciper y LaBot, se descubrió que el chileno realizaba estas operaciones en el extranjero desde el 2008, eligiendo a Panamá como la sede principal.

Según los medios mencionados, Farkas abrió tres fundaciones de interés privado (FIP) tras solicitar servicios al bufete Alcogal, con los que construyó en febrero de aquel año “Con Suerte Foundation”, la que tendría como propósito el resguardo del patrimonio y la herencia del empresario.

La publicación además señala que Farkas pagó US$ 1.750 en la constitución, tasas, derechos notariales, representación y honorarios de la fundación, de la cual el empresario es el único beneficiario.

Un mes después, en marzo de 2008, abriría otras dos fundaciones, cookie International Foundation y Pulichulis Foundation, en donde la esposa de Farkas, Betina Friedman, sería la protectora de la primera.

Por otro lado, el reportaje revela que los únicos beneficiarios de Pulichulis son los tres hijos de la pareja, mientras que Betina recibirá el 25% de las ganancias netas anuales generadas por los activos de la fundación, monto que sería utilizado para la educación de sus hijos.

En la misma línea los medios destacan que cuando los herederos cumplan 21 años, los activos de aquella fundación se dividirán en tres cuentas separadas, esto para facilitar su traspaso y distribución, recibiendo cada uno un pago de US$1 millón.

Posteriormente, al cumplir 25 años recibirán cada uno otro millón y medio de dólares; a los 30 otros US$1,5 millón. Tras esto, recibirán un cuarto pago de US$2 millones, para recibir un último pago a los 40 años de US$4 millones.

Al respecto la investigación indica que “de acuerdo con la legislación chilena sobre herencias, asignaciones y donaciones, las sucesiones patrimoniales deben pagar entre un 1% y hasta un 25% de impuestos, según la cuantía de los valores transferidos. Todo traspaso por sobre las 1.200 Unidades Tributarias Anuales (UTA), unos $760 millones de pesos, cae en el tramo más alto”.

Cabe destacar que estas fundaciones en Panamá cuentan con reglamentos internos que no tienen la obligación de estar ni a la vista de la autoridad fiscal local ni tampoco de la chilena.

Al respecto el abogado de Farkas, Juan Ignacio Correa, aseguró que el filántropo quizo “hacer fundaciones para sus donaciones religiosas y de beneficencia o a orfanatos, entre otras, y para regular su sucesión, pues a juicio de sus asesores de entonces resultaba menos engorroso hacerlo a través de ese tipo de entidades”.

“A dichas fundaciones Leonardo Farkas no les transfirió fondos ni tampoco operaron, simplemente se constituyeron. El motivo de su no utilización fue que decidió no usarlas y, además, hacer sus donaciones a título personal. Hoy esas fundaciones no existen”, agregó.

En ese contexto, la publicación confirma que las tres fundaciones si fueron cerradas, pero destaca que durante algunos años se pagó un costo de mantenimiento, esto hasta que en septiembre de 2018 fueron oficialmente clausuradas.

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