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El subdirector de Operaciones de la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi), Claudio Aldea, se refirió al Estado de Precaución decretado en más de 10 regiones de Chile, frente a la amenaza de tsunami menor, tras la erupción de un volcán submarino en Tonga. 

La autoridad explicó que la medida rige en las regiones de Atacama y Valparaíso, junto con las regiones de O’Higgins, Ñuble, Biobío, La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos, además de Arica y Parinacota, Coquimbo, el Archipiélago de Juan Fernández, Isla de Pascua, Isla San Félix y la Antártica Chilena. Posteriormente se agregó el Maule, Antofagasta y Tarapacá. 

“En virtud del protocolo vigente entre los organismos técnicos y de Onemi para difundir este Estado de Precaución, que es un estado preventivo para proteger a las personas de acuerdo a las mareas y corrientes que se produzcan a raíz de este Estado de Precaución, que es este tsunami menor, se han enviado los mensajes a través del Sistema de Alerta Temprana a través de celulares, a las diferentes regiones que ya he mencionado”, sostuvo.

En este sentido, recordó que “este Estado de Precaución se establece cuando existe una amenaza de tsunami menor, el cual es un tsunami que tiene entre 30 centímetros y un metro, y (…) las personas deben abandonar las zonas de playas, los paseos costeros, caletas, etcétera”.

Al momento, según dijo el subdirector de la Onemi, “los reportes indican que las personas han acatado las instrucciones y han abandonado las zonas de playas de manera tranquila y ordenada”.

En cuanto a la medida preventiva aplicada en varias zonas del país, Aldea explicó que “nosotros lo hacemos en forma bien consciente y con información, y es la razón por la cual las regiones se van agregando en la medida que reúnen las condiciones para decretar un Estado de Precaución”.

En tanto, desde el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada de Chile (SHOA), el almirante Leonardo Chávez indicó que “lo que estamos viendo en este momento es que si la diferencia de mareas o la diferencia de altura de mareas se producían en una diferencia de 6 u 8 horas, hoy día se están produciendo en cerca de 3 minutos. Esa diferencia de mareas, que no es muy grande, que son 60 centímetros -por ejemplo- pueden producir corrientes que eventualmente, la gente que esté haciendo uso del borde costero, pudieran atraerlas hacia el interior del mar y poder producir algún accidente”.

“Lo más importante acá es salvaguardar la vida humana de la gente que está en el borde costero, y (…) lo importante es que la gente salga del sector de donde está la arena y el agua, se vaya a un área donde hay cemento, ese es el mensaje que nosotros queremos entregar, a que la gente salga de la playa, se dirijan a sus casas o a un sector donde no haya arena ni agua”, puntualizó.

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