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“Lo más difícil que me tocó vivir ayer fue llegar a mi casa y ver a mi hija pequeña de 13 años, a mi hijo de 20 años con los ojos vidriosos, tratando de entender lo que había pasado”, comentó el gobernador Rodrigo Díaz, tras la agresión cometida por una opositora a la ejecución de la Central Hidroeléctrica Rucalhue, en una reunión en el Gobierno Regional.

Quiero agradecer los centenares de mensajes que he recibido. Veo que muchos vecinos/as, personas de la sociedad civil, políticos del anterior y del actual gobierno, muchos consejeros regionales (26 de 28) y personas me han manifestado cariño y apoyo en un minuto que es ciertamente difícil”, señaló la autoridad luego de las muestras de apoyo.

Díaz, además, aclaró que, sobre el proyecto hidroeléctrico en cuestión, “el Gobierno Regional no tiene ni una competencia en materia de calificación ambiental. Solo opinamos. Y hace tan solo 30 o 35 días atrás manifestábamos como GORE que nosotros estimábamos que no era un proyecto de interés público, a propuesta de mi administración”.

Por consiguiente, lamentó: “Lo de ayer no fue casual”, agregando que “no es normal la violencia. He rechazado la violencia toda mi vida. Desde que era estudiante y opositor a la dictadura militar, siempre he tenido la misma conducta: rechazo a la violencia. La violencia no construye bien común. La violencia solo genera sufrimiento”.

De acuerdo al testimonio del gobernador Díaz, lo acontecido este lunes en dependencias del edificio del Gobierno Regional fue “una escalada de violencia. Llegaron personas, a mi juicio, con algo preparado e intentaron inventar que había una falta de atención a un requerimiento social. Fueron atendidos, en un principio (porque yo estaba en reunión a la alcaldesa de Santa Juana, Ana Albornoz, y luego una videoconferencia con el nuevo ministro de Obras Públicas) por Claudia Toledo, la jefa de División de Planificación y Desarrollo Regional, y por Hugo Inostroza, el coordinador para la Provincia de Biobío, quienes fueron insultados y tratados también de una manera muy dura”.

A pesar de lo anterior, Díaz aseveró: “Yo no soy una persona cobarde. No le hago quite a los problemas. Y en el primer minuto que tuve para atender a estas personas, lo hice. Apenas me desocupé, sin descansar, fui a conversar con ellos. Y el resultado fue el que ustedes vieron: a mi juicio eso es preparado. Yo espero que el Ministerio Público realice su quehacer”.

La autoridad reconoció que siente “mucha impotencia y pena ver cómo hay personas que tratan de normalizar la violencia, de invisibilizar que fui agredido. Hay una persona que intentó mantener una reunión como si no hubiera pasado nada, como si yo no hubiera sido a mansalva agredido”.

“En tan solo el último mes se agredió al expresidente de la República, Sebastián Piñera; un par de años antes se agredió al actual Presidente de la República, Gabriel Boric; ayer agredieron al convencional Marco Barraza; me agredieron a mí; he tomado conocimiento de los disparos cuando pasaba la comitiva de la ministra del Interior, Izkia Siches” dijo, insistiendo en que “la violencia no es el camino, la rechazo absolutamente, porque las personas de buena voluntad, que nos sentimos parte de este país, tenemos el deber de condenar la violencia siempre”.

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