Un grupo de apoderados de las comunas de Copiapó, Algarrobo, El Quisco y Lampa llegaron durante la mañana de este martes hasta el Palacio de La Moneda para entregarle una carta al Presidente Gabriel Boric para que actúe con urgencia ante la crisis de matrículas, que tiene a tres mil estudiantes sin cupo en un establecimiento educacional.
“Nuestros hijos e hijas, en vez de asistir a una sala de clases, se encuentran en nuestras casas. Sabemos el daño que esto puede generarles, a corto y largo plazo”, señala la misiva.
También indican que “nos damos cuenta como pierden oportunidades para aprender, como van disminuyendo sus posibilidades de tener amigos, vemos su soledad y el encierro en que están y nos angustia ver que van quedando atrás en los conocimientos que deberían estar adquiriendo“.
“Cada día que pasa, vemos como se generan daños que pueden afectarlos a futuro”, lamentan los apoderados en la carta dirigida al Mandatario.
En la carta entregada al Presidente Boric, los padres y madres sin cupo para sus hijos afirman que “el Estado les ha fallado a nuestros hijos, porque no están pudiendo ejercer su derecho a Educación”.
“Por lo mismo, le pedimos que, como jefe de Estado, tome todas las medidas necesarias para que nunca más les vuelva a fallar. Necesitamos escuelas y liceos de calidad hoy, no mañana, no en un mes más”, solicitan.
“Aún existen miles de apoderados y estudiantes en incertidumbre”
Por su parte, la Fundación Escuelas Abiertas se suman a la angustia de los apoderados lamentando que el primer mes del año escolar ya está finalizando.
“Aún existen miles de apoderados y estudiantes en incertidumbre”, remarca la presidenta María Teresa Romero.
“No saben dónde podrán ir a estudiar, si es que podrán ir a estudiar y padres y madres angustiados con los niños en la casa sin poder ir a trabajar”, agregó.
Apoderada de Algarrobo debió enviar a su hija a Casablanca
Bernardita Callejas, madre de una niña de 13 años, relata que “al no tener matrícula en Algarrobo tuve que enviar a mi hija a Casablanca”.
“Ella tiene una condición de discapacidad y es altamente sensible, sus sentidos están muy agudizados. Cuando tiene crisis debo ir por ella, pero aquí la locomoción pasa con suerte cada dos horas, por ese motivo no puedo trabajar, debo estar disponible ante cualquier urgencia”, dijo.
“Si la tuviera en un colegio aquí sería distinto, podría ir por ella en menos de 10 minutos. Mi hija está en número 32 lista espera”, complementó.