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Hubo goleada en el estadio de La Granja. Everton consiguió asestar un contundente 0-4 a Curicó Unido en una cita en la que sólo hubo un equipo dispuesto a competir por la victoria. El cuadro visitante, que no llegaba precisamente como favorito, supo plantarse con solidez sobre el terreno de juego desde el pitido inicial. Suyas fueron las ocasiones de peligro, los goles y la circulación de la pelota en esta vigésima jornada, que supuso la gran sorpresa de la semana en las apuestas deportivas en Chile, donde las primeras cuotas daban como favorito a los curicanos con más del sesenta por ciento de probabilidades de ganar.

Los de Francisco Meneghini saltaron al césped con el ímpetu que a veces otorga la urgencia por sumar puntos. Fue en el minuto uno cuando llegó el primero de la lista, un tanto tempranero que salió de un giro de cabeza de Sebastián Sosa. La jugada arrancó por el carril de Adrián Sánchez, cuyo centro medido encontró rematador en la figura de Bryan Carvallo; su disparo potente casi sorprende a Fabián Cerda. El guardameta local supo despejar en primera instancia, pero el rebote fue a parar de nuevo a los pies de Sánchez y este se la puso al delantero uruguayo para que abriera el marcador a placer.

Si bien es cierto que Curicó trató de igualar el resultado en los siguientes compases con alguna ocasión aislada, el dominio arrebatador lo estaba firmando el Everton. De hecho, sólo hubo que esperar hasta el minuto diecinueve para que la diferencia fuera todavía mayor. El segundo de los ruleteros fue obra de Sánchez, muy activo durante todo el encuentro. Tras una prolongada acción ofensiva, John Salas decidió invertir en verticalidad desde la banda izquierda, suministrando un centro al área que controló con el pecho el ex de Curicó Unido para luego sacarse un trallazo con la derecha que dejaba el 0-2 en el electrónico.

No acabó ahí la sangría, y tampoco el recital de Adrián Sánchez, encargado de dirigir en todo momento el rumbo del equipo y empeñado en ser protagonista a base de combinaciones y definición. El tercero fue también suyo. El volante argentino recuperó una pelota en el centro del campo y acto seguido logró internarse por el carril derecho hasta superar el pico del área, donde elaboró un lanzamiento colocado que acabó una vez más en el fondo de la red defendida por Cerda. El 0-3 dejaba muy hundidos a los de Damián Muñoz.

La vuelta de los vestuarios trajo a ambos conjuntos con la misma inercia con la que se marcharon. Cambió poco el panorama en la segunda mitad. No en vano, el cuadro ruletero volvió a apostar por la presión alta, siempre en busca de alguna recuperación que generase transiciones rápidas. La fórmula dio resultado, y es que al cabo de los dos minutos el empuje en la salida de balón rival hizo que Bryan Carvallo se hiciera con el esférico, penetrara hasta la cocina y dejara un magnífico pase atrás que aprovechó Matías Campos para fusilar al portero y meter así el último gol del partido.

Con la goleada de por medio y todavía con el segundo periodo por jugar, Curicó se negó a bajar los brazos. El esfuerzo de los albirrojos, que llegaron a acumular en este tramo hasta nueve remates a puerta, no tuvo finalmente recompensa. Un Everton que ya se sabía ganador del duelo se dedicó a minimizar el trabajo y a adormecer el juego para que fueran los de la región del Maule quienes tomaran la iniciativa. A pesar de esto, el escenario seguía repitiendo el mismo guión: dominio del once oro y cielo y llegadas curicanas sin excesivo peligro. Con estos números, Curicó Unido se coloca en la tercera posición de la tabla a siete puntos del líder, mientras que Everton firma los veintiocho puntos y escala hasta la séptima plaza.

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