La Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, define un estereotipo de género como una opinión o un prejuicio generalizado acerca de atributos o características que hombres y mujeres poseen o deberían poseer y/o de las funciones sociales que ambos desempeñan y/o deberían desempeñar.
Lamentablemente, la gran mayoría de las actitudes, preferencias, opiniones y conductas son estereotipadas son en relación a la construcción social de género.
Los tipos de juguetes que los niños “deben” usar, las habilidades que la educación fomenta a sus alumnos, los tipos de empleos de acuerdo al sexo, la desigualdad de oportunidades entre hombres y mujeres y la discriminación por sexo en sueldos, son sólo algunos de los miles de ejemplos que podemos encontrar en el día a día.
La psicóloga Javiera Donoso, especialista en reparación emocional y temáticas de autocuidado y autoestima, expresa que es fundamental abordar este tema desde la crianza y preguntarse cómo podemos ayudar desde nuestro rol de madres y padres a ser una sociedad más consciente e idealmente libre de estereotipos de género.
“Tenemos el poder y por ende la responsabilidad de influir e impactar en la percepción del mundo que los niños tienen, pues somos sus referentes de identificación. Es de crucial importancia reflexionar sobre qué estamos transmitiendo a través de nuestras conductas diarias, qué ejemplo estamos dando, qué valores estamos enseñando y qué mundo ayudamos a crear”, comento.
En esa línea, la profesional destacó los estereotipos más comunes, los que son los mandatos sexuales y control de derechos reproductivos, división sexual; mujeres y hombres cumplen roles distintos en la sociedad; mujeres que son emocionales y hombres racionales, etc.
“Evidentemente que las mujeres no tengan las mismas oportunidades que los hombres, repercute directamente en su calidad de vida, ya que muchas veces deben llevar prácticamente solas la carga doméstica, al mismo tiempo que trabajan ganando menos y en condiciones desfavorables”, cerró Javiera Donoso, en relación a los estereotipos que dan cuenta la brecha de valoración.