RODRIGO SAENZ/ /AGENCIAUNO
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“El episodio del obispo barros va a marcar la visita para siempre, además que no es algo aislado, forma parte de una crisis global que tiene la iglesia asociada al tema de los abusos sexuales, el cual el propio Papa lo reconoció en su discurso en la moneda. La iglesia hace tiempo tiene una crisis que no ha sabido manejar que es la de los abusos sexuales y la sensación que ha quedado es que no ha sido lo suficientemente fuerte para detenerla y que más bien han cubierto las cosas que han pasado. Eso aleja a las familias de la iglesia son situaciones dolorosas que nadie quiere vivir”.

“Lo más prudente hubiese sido que el obispo Barros decidiera no asistir a las actividades porque lo que iba a pasar era lo que pasó. Que la atención mediática iba a estar en él y no en el discurso del Papa. Eso provocó que los discursos no tuvieran las transcendencia que los organizadores de la visita buscaban”.

“La iglesia no ha hecho un esfuerzo grande por separar a los abusadores, por cambiar sus métedos de cómo enseña, de cómo practica la religión de tal manera de prevenir los abusos. Otras iglesias lo han hecho, los evangélicos lo han hecho muy bien y por eso tiene un nivel de escándalo muy inferior a lo que tiene la iglesia católica”.

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