Constitución
Agencia Uno.

Esta semana el Consejo Constitucional reunido en pleno terminó de votar la propuesta de nueva Constitución, faltando solo la etapa de las observaciones de los expertos. Una de las críticas más fuertes durante este proceso ha sido calificar algunas normas de ser un retroceso para los derechos de las mujeres, se ha dicho que es un intento de volver a la Edad Media o que la próxima etapa es prohibir el voto femenino, entre otras.

Más allá de la injusta y desinformada crítica a la denominada Edad Media, las afirmaciones en este sentido se alejan de la realidad del texto constitucional. Si bien se rechazaron ciertas normas que, según algunos, son “pro mujer”, como los derechos reproductivos o la paridad de género de salida, estas no fueron aceptadas porque comprometen derechos fundamentales de las personas. Los derechos reproductivos ponen en riesgo el derecho a la vida o a la salud; y la paridad de género de salida atenta contra la igualdad ante la ley y el respeto al principio fundamental de la democracia “una persona, un voto”.

Por otro lado, el proyecto de los Consejeros contiene varias normas en favor de las mujeres.

En primer lugar, la propuesta establece que el Estado garantizará la participación política de las mujeres, promoverá su acceso en condiciones de igualdad en distintos ámbitos de la vida nacional, incluyendo los mandatos electorales y cargos de elección popular.

En segundo lugar, se incorpora la frase “hombres y mujeres son iguales ante la ley”, una norma redundante, pero esclarecedora de las intenciones del constituyente de no dejar ningún espacio para dudar de la posición de las mujeres: iguales a los hombres, ni más, ni menos.

Tercero, pocas constituciones contienen una norma que prohíba discriminar arbitrariamente en materia de remuneraciones de hombres y mujeres que realicen el mismo trabajo. Chile avanza en igualdad salarial, que ha sido una de las grandes demandas de las mujeres que se integran a la fuerza laboral.

Entonces, ¿existe un verdadero retroceso para las mujeres en esta propuesta? Claramente no. El texto propuesto demuestra en su articulado que no busca menospreciar a las mujeres, sino que promueve todo lo contrario: su plena igualdad en nuestra sociedad, pues ello es lo que en justicia debemos defender, no la ventaja por sobre los hombres, porque la vida en sociedad no es una lucha de sexos, sino que debe permitirse la sana convivencia, garantizando que todos somos igualmente valiosos para el desarrollo de nuestro país y podremos alcanzar nuestros objetivos en igualdad de condiciones.

Con el texto en mano, por cierto que las mujeres pueden estar a favor o en contra del texto, pero sin duda es momento de evaluar el contenido en su mérito, dejando las consignas ideológicas de lado, pues el aborto y la paridad de género no son normas “pro mujer” como muchas defienden, sino que son propuestas que emanan de una visión victimista de las mujeres y dividen aún más a las personas.

Por Constanza Schneider Arredondo del Instituto Res Publica.

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