Google / Agencia Uno
Google / Agencia Uno
Comparte

Un estudio se realizó entre personas de diferentes edades para determinar en Chile, cuál ha sido el efecto en la memoria en los últimos 20 años.

Esto tras el uso de aparatos tecnológicos que tienden a “subvencionar” el esfuerzo memorizador o hacer más fácil el proceso.  

“Es importante señalar que se trata de un proceso casi global, que afecta a las comunidades en la medida del mayor uso de la tecnología”, recalcan desde Fundación Propósito y Toc Consultores, desarrolladores del análisis.

Con este objetivo se realizó un sondeo simple en el cual se buscó establecer aspectos prácticos que demostraran que cambios existen en la memoria de chilenos.

Según indica Osvaldo Silva Serqueira, director de estudios de Fundación Propósito, se estudiaron diversos casos como secretarias, médicos, abogados, entre otros.

“Datos como fechas, lugares, números de teléfono, nombres y hasta definiciones conceptuales son habitualmente consultados. No porque se estén repasando, con el propósito de aprender,  sino porque el esfuerzo de memorizar se está perdiendo y sale más fácil googlear”.

“De esta forma, los motores de búsqueda, los celulares, y los computadores están memorizando muchos datos, que antes eran confiados al cerebro humano”, afirmó Silva   

Lo que se olvida en la memoria, se googlea

En principio esto podría ser positivo, ya que podría tratarse de un repaso, pero lamentablemente no es así.

De esta forma, cada vez que se busca algo, solo se está activando la memoria de corto plazo y con ello, se está dejando usar procesos que favorecían la generación de contenidos en la memoria de largo plazo.

“A principio de los 90, una secretaria tenía en su memoria aproximadamente 200 teléfonos”, analizó el desarrollador del estudio.

Esto “relacionados con nombres y actividades”, aumentando su retención de datos en su cerebro.

“30 años después, la memoria de uso diario, se restringe fundamentalmente a procesos de memoria procedimental”.

Principalmente, “destinada a cómo llegar a la información que se necesita, pero en ningún caso a retenerla”, señaló Osvaldo Silva. 

En el sondeo, el 86% de los participantes, indicó no tener en su memoria más de 10 números telefónicos.

El 73% señalo no recordar más de 10 direcciones de domicilios y el 98% señaló habitualmente consulta en Google para aquello que olvida frecuentemente. 

Lo anterior se ve agravado con la reducción de hábitos de ejercicio intelectual como la lectura o el desarrollo de nuevas habilidades como hablar un nuevo idioma o estudiar una nueva carrera.

De esta forma, hemos convertido a los diferentes recursos digitales en la memoria de largo plazo.  

Según la investigadora Eva M. Krockow,  el efecto Google es “un fenómeno en el que la memoria de las personas rinde peor con información de fácil acceso que con información difícil de obtener”.

En este orden, existen riesgos que amenazan la autonomía y la capacidad intelectiva de las personas.   

El primer riesgo es la dependencia. Si se ha creado una memoria tecnológica externa,   inevitablemente habrá necesidad de estar el mayor tiempo conectado a ella.  

Otro riesgo es la pérdida o reducción del juicio crítico a la información.

Últimas Noticias