LEONARDO RUBILAR/AGENCIAUNO
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Fue cerca de un mes y medio el tiempo de angustia y sufrimiento el que vivió Paulo Garcés después de ser suspendido de manera provisional por la notificación que recibió en mayo pasado del positivo que arrojó en un control de dopaje y que se le detectó dimetilbutilamina.

Por eso, tras ser absuelto de esa sanción por parte del panel de disciplina del Tribunal de Expertos en Dopaje, organismo que resolvió que la sustancia se encontraba en un quemador de grasa mal rotulado, el portero de Deportes Antofagasta se desahogó.

“Este proceso es lo peor que me ha tocado vivir en el fútbol y toca lo personal. Cuando te apuntan con el dedo, por un tema que se hace llamar doping y que muchos desconocen y lo relacionan inmediatamente con las drogas. Me afectó mucho, porque me hice todos los exámenes y arrojaron que tengo nada, ya que éstos ven antecedentes de 5 a 10 años atrás”, reconoció el cancerbero en diálogo con El Mercurio de Antofagasta.

“Gracias a Dios todo se dio de la manera que esperábamos y el martes empecé a entrenar con normalidad. Tuve un proceso de al menos un mes y medio fuera de las canchas. No le doy a nadie esta situación, ya que todo es muy complejo, tanto en lo personal como en lo profesional”, añadió.

Además, el parralino agregó: “El mes y medio que estuve fuera lo trabajé aparte, entrenando en gimnasios y con un preparador de arquero. Obviamente todavía me falta en lo futbolístico, pero irán pasando los entrenamientos y los dobles turnos e iré afinando en este mes que nos queda antes de empezar el torneo (segunda rueda del Campeonato Nacional). La idea es llegar de la mejor forma”.

Por último, el ex golero de Colo Colo confesó: “Pensé en el retiro. No lo voy a mentir ni lo voy a esconder. De hecho una de las cosas que conversamos mucho con mi señora fue aquello. He pasado muchas cosas en mi carrera, pero finalmente todo lo que me ha ocurrido me da la fuerza para seguir luchando por un objetivo familiar”.

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