Andres Pina/Photosport
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El paso por el Benfica no está siendo lo que Nicolás Castillo pensaba. El delantero de 25 años miró desde la banca, otra vez, el partido en que su equipo se impuso en el clásico portugués ante el Porto por la séptima fecha de la Primeira Liga. El único gol del partido lo anotó el suizo Haris Seferovic, su principal competencia en la lucha por un puesto en el once titular.

Castillo llegó al Benfica el último julio con cartel de goleador luego de su productivo paso por el Pumas mexicano. El ariete pulido en las inferiores de la Universidad Católica iba por la revancha en Europa tras su primer periplo, que lo llevó por Bélgica, Alemania e Italia sin suerte.

El chileno se estrenó anotándole al FC Napredak y al Sevilla en amistosos de pretemporada. Se fue ganando la confianza de su entrenador, Rui Vitória, y sumó puntos en la carrera por ser el nueve titular de las Águilas. Lamentablemente para él, se lesionó disputando la fase clasificatoria de la Champions League ante el Fenerbahce de Mauricio Isla. Su lesión en el gemelo de la pierna derecha lo tuvo un mes alejado de las canchas.

El 15 de septiembre Castillo reapareció ante el Rio Ave reemplazando a Seferovic a los ’86. Esos son los únicos minutos que ha jugado en la Primeira Liga. Antes del partido de hoy, ya había estado en la banca frente al Despostivo Aves y al Chaves. En los dos encuentros que ha disputado su equipo en la fase de grupos de la Champions League, con Bayern Múnich y el AEK Atenas, no ha visto acción.

Pese a todo, Reinaldo Rueda lo convocó para los amistosos ante Perú y México. Será una nueva oportunidad para recuperar sensaciones y demostrar que no ha perdido el olfato en el área.

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