Comparte

Se acabó una nueva temporada de la NBA y comenzaron a caer las premiaciones. Si bien se está disputando la fase final, en el periodo regular llegó a su fin y uno de los más destacados fue Marcus Smart, base de los Boston Celtic, quien fue elegido el mejor defensor.

Pero los momentos de felicidad y tranquilidad que vive en la actualidad fueron muy diferentes a los del pasado, donde estuvo cerca de la cárcel e incluso de la muerte. Así lo contó a USA Today Smart, quien logró imponerse en las votaciones a Mikal Bridges (Suns) y Rudy Gobert (Jazz), ganador en tres de las últimas cuatro campañas.

Una vida al borde de la muerte

El deportista de 1,91 metros de altura y 28 años nació en Dallas, uno de los tantos barrios complicados de Estados Unidos, donde el peligro está al salir de tu hogar. Esto porque es un sector tomados por las pandillas, las drogas y las armas.

En ese tiempo, Smart no se dedicaba a lanzar balones de baloncesto ni a proteger su aro, sino que a lanzar piedras a la cabeza de las personas. Y fue precisamente uno de esas situaciones la cual lo dejó al borde de la muerte.

Y es que en uno esos tantos episodios dio con la persona inadecuada. Un hombre que montaba una bicicleta, se dio cuenta de la situación, bajó de su transporte y salió persiguiendo a Smart, quien también corrió. Su vida corría peligro, ya que quien lo perseguía era parte de una pandilla y sacó su arma y propinó cerca de cuatro disparos. Que por suerte de Smart ninguno alcanzó a darle. Fue en ese preciso instante el que hizo recapacitar a Smart.

Dejó de lado la vida de sus amigos o vecinos, quienes ganaban cerca de 8 mil dólares a la semana y tenían diferentes lujos. De hecho, uno de sus hermanos, Michael, formó parte de esa vida: tuvo una AK-47 en casa para protegerse y también sufrió una sobredosis de cocaína que casi termina con su vida.

“Mamá no necesita que la llamen a las dos de la mañana para decirle que te encontraron en la cárcel o dos metros bajo tierra”, le dijo un día Marcus a su hermano, que reconoce haber probado la marihuana por única vez a los ocho años. Acabó en urgencias.

El clic en su vida y el acercamiento al baloncesto

A todo lo anterior se sumó un drama familiar. A su hermanastro Todd Westbrook le detectaron un tumor detrás de su ojo. El cáncer se acabaría extendiendo a los pulmones y el estómago y, tras 15 años de lucha, acabó con su vida cuando Smart aún era pequeño.

Es fue uno de los momentos más complicados para Smart, ya quien hoy fue elegido el mejor defensor de la NBA, perdió a uno de sus referentes en el baloncesto. Westbrook había sido una talentosa promesa, quien también le había metido el ‘bichito’ hablándole de las estrellas de la NBA de los años 80.

Su madre y la mejor asistencia de su vida

Tras esos complicados episodios, su madre, quien falleció en 2018 de cáncer, lo llevó a clases para controlar su ira, lo que permitió, también, que se mudarán de la ciudad.

Con ese apoyo, Smart comenzó a canalizar sus frustraciones e ira a través del deporte, participando en equipos de fútbol americano y baloncesto, este último parte de su vida en la actualidad. Un espacio en donde deleitaba con su gran talento, pero también sorprendía con su personalidad, ya que no era engreído, como solían ser los jugadores que poseían su calidad. De hecho, los trofeos poco le importaban. Sólo pensaba en ver vídeos de Kobe Bryant en YouTube para seguir mejorando sus movimientos.

Fue precisamente ese foco el que le permitió recaer en el Bolton Celtic de la NBA, equipo en el que arribó en 2014 tras ser elegido en la sexta posición del draft. Desde ahí, nunca más vistió otra camiseta, jugando, hasta ahora, un total de 520 partidos y esta temporada, jugando más de base que nunca, ha promediado 12,1 puntos, 3,8 rebotes, 5,9 asistencias y 1,7 robos de balón. Por encima de todo ello queda una intensidad brutal que ha ayudado a Boston a ser la defensa más eficiente de la Liga.

Y tras tres años siendo incluído en el quinteto defensivo de la NBA, logró imponerse como el mejor. “No quiero escuchar cosas negativas sobre mí. Me hace quedar mal tanto a mí como a mi familia. Soy un reflejo de ella, de mi madre, mis hermanos… La forma en que me comporto es un reflejo de cómo me criaron”, cuenta el mismo hombre que tras lanzar piedras en su peligroso Dallas, hoy se dedica a lanzar y bloquear balones de baloncesto.

Últimas Noticias