Agencia Uno
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El director ejecutivo de la Corporación Santiago 2023, Harold Mayne-Nicholls, analizó su gestión y afirmó que varios exministros deberían dar explicaciones respecto a sus labores en los años previos a la realización de los Juegos Panamericanos.

“La Corporación fue establecida como tal en 2018. Yo solo puedo responder por mi período, pero si me pregunta si las cosas no estaban bien cuando llegué es obvio: por eso me pidieron que me hiciera cargo”, contó a Las Últimas Noticias.

“Cuando llegué, no había un encuentro con la comunidad. Nadie creía y solo se escuchaba que Santiago 2023 fracasaría. Lo segundo, es que en la Corporación no había concepto de trabajo en equipo. Todos cumplían en sus áreas, pero nadie se relacionaba con otras. Tercero, tuvimos que hacer un control más exhaustivo de los costos y negociar de mejor manera con los posibles sponsors porque antes, cuando la Corporación pedía, no se bajaba de esa cantidad y perdía opciones. Había que saber negociar”, añadió.

Al ser consultado por el aumento del costo de Santiago 2023, Mayne-Nicholls explicó que “los Panamericanos y Parapanamericanos los hace el Estado. Y es el Estado el que calcula los recursos a entregar y en qué momento ejecuta lo que está proyectado. Dicho esto, creo que hay varios exministros desde 2018 que deberían dar algunas explicaciones. Por ejemplo, el ministro del Deporte (Pablo Squella) y de Hacienda (Rodrigo Valdés) de la Presidenta Bachelet deberían explicar cómo concluyeron que se podrían hacer estos Juegos con 170 millones de dólares si Toronto 2015 supuso una inversión de 2.100 millones y Lima de 1.200 millones. No sé qué cálculo hicieron”.

Por último, el director ejecutivo de Santiago 2023 se refirió al retraso de las obras. “Acá creo que las respuestas deben darlas las exministras de Deporte (Pauline Kantor y Cecilia Pérez) y los ministros de Hacienda (Felipe Larrían, Ignacio Briones y Rodrigo Cerda) de la administración del Presidente Piñera. Se puede argumentar que hubo un estallido social primero y luego pandemia, lo que hacía difícil la construcción de recintos. Pero no había impedimentos para hacer diseños arquitectónicos, comprar implementos deportivos o trabajar en las bases de las licitaciones. Como eso se hizo a última hora, todo se encareció. No es lo mismo ir a una consulta médica que a una urgencia médica, que fue lo que pasó con los Juegos”, sentenció.

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