El pasado 28 de julio de 2010, en medio de un bosque de Memphis, el cuerpo de Lorenzen Wright fue hallado sin vida y en avanzado estado de descomposición. El entonces jugador de Cleveland Cavaliers fue brutalmente asesinado y no se encontraron culpables hasta el 2017, cuando la Policía de Memphis detuvo a Billy Ray Turner como principal sospechoso.
Casi 12 años después del crimen, un jurado de Tennessee dictó cadena perpetua contra Turner luego de ser declarado culpable del cruel asesinato de Wright.
Durante dos horas el jurado deliberó antes de hacer público el veredicto y declarar culpable a Turner de asesinato en primer grado, intento de asesinato y conspiración en la muerte de Wright. El acusado fue condenado a cadena perpetua por asesinato, aunque aún resta la condena por el resto de los cargos.
“Nunca daremos esto por cerrado. Nunca volveré a ver a mi hijo, pero sí es una satisfacción para mi y para mi familia”, declaró Deborah Marion, madre del ex jugador de la NBA.
En el crimen del pívot, su ex esposa, Sherra Wright, fue acusada como autora intelectual del asesinato. De forma sorpresiva, la mujer se declaró culpable en julio de 2017 y sentenciada a 30 años de cárcel.
Wright vistió las camisetas de Los Angeles Clippers, Atlanta Hawks, Memphis Grizzlies, Sacramento Kings y Cleveland Cavaliers, promediando ocho puntos y más de seis rebotes por partido durante su carrera.