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Por estos días se están impulsando diversos proyectos público-privados en el país, cuya finalidad es comprobar la efectividad de distintos insectos en el combate de plagas de alto impacto para la fruticultura nacional, como la Lobesia botrana y el pulgón del nogal.

La necesidad de producir con un menor impacto en el medio ambiente y de manera más inocua viene empujando desde hace ya algunos años el desarrollo y uso de biocontroladores -enemigos naturales y organismos vivos- no solo en los cultivos orgánicos, lo que ha llevado a que en el país existan varios proyectos público-privados que analizan distintos métodos de control natural de plagas, como la Lobesia botrana o el pulgón del nogal.

Liberación de controladores

Muchos sectores urbanos que colindan con plantaciones agrícolas son foco de Lobesia botrana , insecto que se ha transformado en uno de los enemigos más importantes de cultivos de exportación, como la uva de mesa y el arándano.

“Una parra en el jardín de una casa puede contener la plaga y al no ser controlada, el riesgo de que emigre hacia los huertos comerciales es alto”, advierte David Castro, jefe del Área de Entomología Cuarentenaria de la Fundación para el Desarrollo Frutícola, institución que impulsa varios proyectos para enfrentar esta problemática.

Por ello existen varios proyectos que trabajan en el desarrollo y posterior liberación de distintos insectos existentes en Chile y que son enemigos naturales de la plaga, tales como de Trichogramma pretiosum .

La iniciativa, que cuenta con el apoyo de Asoex y el SAG y es financiada por la FIA, está basada en la idea de que esta microavispa pueda parasitar los huevos de Lobesia botrana -ya que son casi del mismo tamaño-, con el fin de que emerjan ejemplares adultos de la microavispa y no larvas de polilla.

En tanto, en la Fundación para el Desarrollo Frutícola están iniciando un proyecto que busca insertar masivamente otra especie de avispa presente en Chile, Goniozus legneri , que es capaz de parasitar larvas al interior de la uva.

“Es un insecto que incluso busca a la larva que está al interior de la baya”, comenta el investigador.

Para el nogal existe una alternativa similar, desarrollada por el SAG, que busca combatir al pulgón a través de la presencia del insecto Trioxys pallidus .

“Fue traído desde Irán y multiplicado con muchas dificultades, pues nos encontramos en hemisferios opuestos”, comenta Fernando Torres, jefe de Vigilancia y Control de Plagas Agrícolas del SAG.

Respecto del impacto de introducir masivamente estos tres insectos, el jefe del área de entomología cuarentenaria de la Fundación para el Desarrollo Frutícola dice que “no existe registro negativo sobre el uso de estas técnicas, ya que se trata de insectos que existen en el país”. En Xilema, empresa especializada en biocontroladores, están trabajando con algunos parasitoides, como Acerophagus , Thripobius , Metaphycus y Aphytis , y otros depredadores.

“Parasitoides y depredadores se pueden utilizar en conjunto o por separado, dependiendo de la plaga y el frutal a tratar”, advierte Osvaldo Farías, gerente general de Xilema.

En la Universidad de Chile, estudian alternativas para enfrentar la acción de gusanos cortadores y la polilla Noctuidae en hortalizas y cultivos anuales.

“Estamos trabajando con un nemátodo nativo que fue colectado en un bosque en Lican Ray. Esperamos producir un bioinsecticida formulado en base a estos nemátodos”, cuenta Gabriela Lankin, académica de Agronomía de la U. de Chile, especialista en control biológico. quien desarrolla el proyecto junto a Erwin Aballay.

Insectos estériles

Otra fórmula es la liberar insectos estériles, técnica que en su momento ayudó a la erradicación de la mosca de la fruta en Chile. Por lo mismo, la idea de los expertos es replicar el éxito con la Lobesia . David Castro comenta que a la fecha se está realizando una crianza artificial de Lobesia botrana , la cual recibe un golpe de 150 gray (Gy) de irradiación que busca dejarla estéril. Así, posteriormente, se liberan diez ejemplares estériles por cada individuo silvestre. “Con la cruza no habrá huevos fértiles. De esa manera, se baja la población en un plazo de tres a cuatro años”, detalla Castro.

Confusores sexuales y corredores biológicos

En materia de confusores sexuales, se estima que en la actualidad hay más de un millón de hectáreas en el mundo bajo tratamiento con feromonas. En Chile, la técnica está tomando vuelo, especialmente entre aquellos productores que buscan controlar la Lobesia , la polilla de la manzana y la Sidia modesta , que ataca a los carozos.

La técnica consiste en extraer la feromona liberada por las hembras e insertarla en dispensadores que la entregan durante la temporada.

“La feromona sintética inunda el huerto, y el macho de la polilla no es capaz de encontrar a la hembra, porque se confunde”, explica Fernando Torres.

Otra alternativa es la construcción de corredores biológicos. Estos se construyen cultivando plantas entre las hileras de los huertos, las cuales atraen a diversos tipos de insectos, entre ellos abejas, polinizantes y enemigos naturales. A través de su mantención, es posible conectar a los insectos benéficos de los diferentes sectores del predio, muchos de los cuales corresponden a hospederos de parasitoides y depredadores de plagas.

En Chile existe experiencia al respecto en viñas, aunque no a nivel masivo. Según Blas Lavandero, quien realizó su tesis doctoral en este tema, aún hacen falta muchas investigaciones que permitan identificar las plantas más eficientes y compatibles con cada cultivo y variedad.

Distintos proyectos buscan liberar avispas que impedirían el desarrollo de larvas de Lobesia y de pulgón del nogal. 

Los corredores biológicos favorecen el control de plagas, generan microambientes para aves y estimulan la polinización.

Fuente: Revista del Campo

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