‘Lo orgánico no es una tendencia de marketing, es algo que llegó para quedarse hace tiempo y que ahora está más fuerte y la crisis sanitaria sí o sí lo fortaleció’, afirma.
A septiembre la compañía ligada a la familia Guilisasti reportó ganancias por $1.852 millones, un 25,5% más que los $1.476 millones que obtuvo en el mismo período de 2020.
‘Estamos con crecimientos (en volumen) súper importantes que pueden rozar el 10% este 2021’, estima Rodríguez.
Gracias al auge del vino orgánico, la empresa se ha enfocado en un plan de expansión que busca abastecer la creciente demanda por este producto. El año pasado, Emiliana compró un campo de 292 hectáreas en la Región del Maule con el objetivo de suministrar principalmente vinos tintos. ‘Ahora estamos con el ojo bien abierto buscando otro campo para la producción de vinos blancos, eso sería en la Región del Biobío porque la mayor operación de blancos la tenemos en Casablanca, una zona hoy día bastante golpeada con el tema del agua, entonces estamos abriendo los ojos ya mucho más al sur’, sostiene.
A su vez, la viña orgánica más grande del mundo está haciendo una inversión importante en eficiencias de riego a través de la renovación de sistemas como sensores que miden la humedad de las plantaciones. ‘Estamos tratando de eficientar el agua de una manera tremenda para poder regar solamente cuando lo necesitamos y mejorar también la capacidad de riego general con bombas, goteros y varias cosas con las cuales se puede regar con menos agua, pero de mejor forma’, explica.
Por otro lado, la compañía vitivinícola tiene contemplado invertir cerca de $1.200 millones en aumentar la capacidad y automatizar su bodega.
Foco en EE.UU
Estados Unidos es hoy el principal mercado de Viñedos Emiliana y a donde se destinan unas 180 mil cajas de la firma. Sin embargo, Cristián Rodríguez dice que a la viña todavía le falta mucho por crecer en ese país.
‘Estamos apostando mucho por Estados Unidos. Hoy somos la segunda marca más importante orgánica en ese país y la etiqueta importada más grande. Así y todo creemos que el volumen que tenemos hoy puede crecer mucho más porque todavía vemos que los grandes distribuidores allá que manejan millones de cajas aún no tienen ningún producto orgánico’, señala.
De hecho, la meta de la viña es duplicar sus envíos a Estados Unidos en un plazo de cinco años.
Brasil es otro mercado donde Emiliana ha tenido un explosivo aumento, según Rodríguez. ‘Creemos que vamos a seguir creciendo allá. En Brasil los crecimientos se han dado bajo los US$ 30 por caja y los productos de Emiliana tienen precios promedios de US$ 40 FOB la caja, entonces estamos en otro juego. Pero ahí jugamos con lo orgánico, con la necesidad de los supermercados y el e-commerce de tener productos orgánicos y en eso Emiliana está muy bien posicionado en Brasil como garantía de calidad’, sostiene.
Mientras que China también surge como un potencial destino. Pese a que Rodríguez dice que los vinos orgánicos todavía no son muy conocidos en el país asiático, asegura que será una tendencia que irá creciendo entre los nuevos consumidores. ‘Hemos apostado por el mercado chino al sacar la certificación nacional, que es una cosa muy compleja de sacarla (…). hoy día los nuevos consumidores lo único que quieren es productos certificados de buenas procedencias y saber quién lo produjo. En eso tenemos mucho potencial’, declara.
Recuadro
– “Estamos tratando de eficientar el agua de una manera tremenda para poder regar solamente cuando lo necesitamos y mejorar también la capacidad de riego general”. Cristián Rodríguez, Gerente general de Viñedos Emiliana
– Vino de la firma es elegido mejor del año por J. Suckling
El ensamblaje biodinámico Gê 2018 de Viñedos Emiliana fue elegido como el vino N°1 del país en el ranking Top 100 Wines of Chile 2021 que elabora anualmente el reconocido crítico estadounidense James Suckling.
En su reconocimiento al vino producido en el Valle de Colchagua, Suckling destaca el creciente interés de nuestro país en los productos orgánicos y la viticultura biodinámica.
El gerente general de Viñedos Emiliana, Cristián Rodríguez, dice que este es un reconocimiento a la viña tras 23 años de agricultura orgánica y biodinámica. ‘Es un premio al esfuerzo y a la perseverancia de creer que a través de este tipo de agricultura se logra una mejor calidad de las uvas y, por ende, del vino. Hace muchos años definimos focalizarnos en el desarrollo de Gê como la mejor expresión que tiene Emiliana en calidad, y hoy vemos cómo todo este trabajo agrícola y enológico rinde frutos’, señala.
Mientras que la enóloga de Emiliana, Noelia Orts, sostiene que el premio ‘muestra el alto nivel y consistencia en la calidad de este vino, tan representativos de la filosofía orgánica y biodinámica de la viña’.