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Personal de la Conaf y de Carabineros mantendrán operativos de fiscalización ante la posible mantención de prácticas furtivas. Las instalaciones fueron desmanteladas.

Aunque en el pasado se permitía que familias de sectores aledaños al parque nacional La Campana, en la Región de Valparaíso, recolectaran cocos de palmas chilenas (Jubaea chilensis), lo que era una fuente de ingresos económicos para esos grupos de vecinos, desde hace dos años tal actividad se encuentra prohibida luego de que dicha especie endémica fuese catalogada en categoría de conservación ‘en peligro’.

Se ha establecido que de cada diez individuos adultos existe un solo ejemplar infantil, lo que revela problemas de regeneración y envejecimiento. Entre los factores de tal situación destacan el consumo de material vegetal por parte de los animales y la extracción humana de sus semillas, o ‘coquitos’, con fines comerciales y que hace una década generó una alta demanda en países asiáticos.

El consejo consultivo del parque nacional La Campana en abril de 2017 recomendó, por 11 votos a favor, dos en contra y dos abstenciones, prohibir la extracción de semilla de palma chilena dentro del área protegida de la Región de Valparaíso, lo que fue aprobado en 2020.

No obstante ese impedimento, la extracción furtiva e ilegal del fruto se ha mantenido, tal como fue comprobado la semana pasada por guardaparques de la Corporación Nacional Forestal (Conaf) y funcionarios de la Sección Forestal y Ecológica de Carabineros (OS5), quienes durante una inspección al área protegida en el sector de Ocoa, jurisdicción de la comuna de Hijuelas, descubrieron dos asentamientos irregulares instalados al interior del parque, destinados a la extracción y almacenamiento de semillas.

En el lugar, además de herramientas para despegar los ‘coquitos’ y elementos para acopiar el producto, se encontraron carpas y colchones, gran cantidad de basura y vestigios de fogatas.

Además, dos jinetes que participaban en la extracción de semillas fueron notificados de faltas y puestos a disposición del juzgado de policía local.

El jefe del departamento de Áreas Silvestres Protegidas de la Conaf, Marcelo Pérez, advirtió que ‘si se llega a ocasionar un incendio al interior del parque nacional va a ser una situación muy dañina y de proporciones para el ecosistema’. También agregó que tras comprobarse que sigue persistiendo la práctica de una actividad prohibida, se reforzará la necesidad de continuar con los operativos conjuntos, con participación de los guardaparques y la compañía de efectivos de Carabineros.

Distribución en el país

La palma chilena se desarrolla entre las regiones de Coquimbo y Maule, con una población de alrededor de 100 mil ejemplares, de los cuales 60 mil se encuentran en el parque nacional La Campana.

En 2008, la especie recibió el rótulo de vulnerable, luego de que estudios concluyeran que su presencia geográfica había disminuido en un 50% durante los últimos 300 años, debido a factores como la tala para la extracción de miel de palma, construcciones, entre otros.

Otra de las causas atribuidas a la reducción y deterioro de las poblaciones de esta palma endémica fue la eliminación masiva de áreas boscosas con el objetivo de habilitar extensos terrenos para las siembras, como el trigo, entre otros, lo que hizo desaparecer especies de bosque esclerófilo utilizadas por las palmas como nodrizas durante los primeros años de desarrollo de las plantas, limitando con ello su propagación natural.

Dos siglos y medio

La extracción de la savia de palma, que es la base para la fabricación de la miel, se ha mantenido a través de los años como una actividad tradicional, inmersa en la cultura y la economía rural. Actualmente existen propuestas para que la obtención de la miel de palma se realice sin necesidad de sacrificar el ejemplar.

La Jubaea chilensis, resistente a la sequía, destaca por su gran altura, la que puede sobrepasar los 25 metros y por su esbelto tronco, con un diámetro de 1,3 metros en la base.

La semilla demora entre seis meses y cuatro años para germinar, aunque la mayor frecuencia se observa alrededor de los 18 meses. Su regeneración, en tanto, requiere del abrigo de vegetación acompañante, protección necesaria hasta la formación de la estípite (tallo).

Luego de su germinación comienza una etapa de cuatro a cinco años como plántula, cuando sus hojas alcanzan recién una altura de 15-20 a 25-30 centímetros.

La etapa infantil de la Jubaea chilensis se extiende hasta los 30-35 años, la juvenil —cuando comienza la producción de frutos— dura hasta los 80 años, mientras que la fase de adulto joven a adulto en plena producción se inicia alrededor de los 150 años.

La adultez se prolonga por cerca de 100 años, comenzando a disminuir progresivamente su crecimiento. Los individuos senescentes de la especie incluso sobrepasan los 250 años.

Recuadro

La mayoría

Un 60% de todos los ejemplares de palma chilena está en La Campana.

Fuente El Mercurio

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