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Tras 13 años, Britney Spears rompió el silencio este miércoles en una audiencia pública para pedir el fin de la tutela de su padre, quien administra sus bienes… y su vida.

La estrella del pop de 39 años testificó este miércoles de modo virtual ante una corte de Los Ángeles en el marco de una audiencia sobre la gestión de sus asuntos comerciales y personales.

En un inusual y apasionado testimonio, Spears expresó su deseo de que termine la tutela “abusiva” en la que se encuentra.

“Le he dicho al mundo que estoy bien y feliz (…) Estoy traumatizada. No estoy feliz, no puedo dormir“, testificó Spears, según informó la cadena CNN.

“Solo quiero que me devuelvan mi vida”, aseguró la cantante de “Baby one more time”.

Durante la audiencia Spears dijo: «Han pasado muchas cosas desde hace dos años, la última vez que estuve en la corte. No he vuelto a la corte porque no sentí que me escucharan». Spears continuó diciendo que sintió que se había visto obligada a ir de gira en 2018 y actuar en Las Vegas durante su residencia.

Tras anunciar la públicamente que pausaría sus presentaciones, Spears dijo este miércoles que le recetaron litio en contra de su voluntad.

“Es una droga fuerte. Puedes dañarte mentalmente si lo tomas por más de 5 meses. Me sentí borracha, ni siquiera podía tener una conversación con mi mamá o mi papá sobre nada. Me tenían con seis enfermeras diferentes, sentenció.

La cantante criticó cómo su familia, incluido su padre Jamie Spears, ha manejado su tutela y ha respondido a sus preocupaciones sobre su cuidado.

Durante los 23 minutos que Spears testificó este miércoles, divulgó detalles personales que no se conocían previamente.

Exigió por ejemplo que se le removiera un dispositivo intrauterino para optar por la opción de tener más hijos.

“Quería quitármelo (el DIU) para poder intentar tener otro bebé, pero este supuesto equipo no me permite ir al médico a hacerlo porque no quieren que tenga más hijos”, declaró.

“Así que básicamente esta tutela me está perjudicando más que beneficiándome. Me merezco tener una vida. He trabajado toda mi vida”, sentenció.

Desde 2008, cuando la cantante enfrentó una crisis de salud mental, su carrera, tratamientos médicos y finanzas han estado en manos de tutores legales en un arreglo conocido como “tutela”.

El acuerdo ordenado por una corte le dio a su padre, Jamie Spears, control sobre su patrimonio, de unos US$60 millones, y otros aspectos de su vida.

Pero la cantante ha intentado despojar a su padre de ese poder mediante mecanismos legales.

“EL SEÑOR SPEARS AMA A SU HIJA”

Después de un breve receso, la abogada defensora del padre de Spears leyó un comunicado en nombre de su cliente: “Él siente mucho ver a su hija sufriendo y con tanto dolor”.

“El señor Spears ama a su hija y la extraña mucho“, añadió.

La artista de 39 años, sin embargo, señaló a su padre como alguien que deseaba herirla. “El control que tenía… para dañar a su propia hija, 100.000%, le encantaba”, dijo.

La cantante finalmente admitió desconocer que ella podía pedir formalmente que se diera fin a la tutela legal.

“Pido disculpas por mi ignorancia”, dijo la cantante. “Lo que he vivido es vergonzoso y desalentador, y es la principal razón por la que no hablé abiertamente. Pensé que nadie me creería”, declaró.

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