El Papa Francisco abolió el secreto pontificio sobre las investigaciones y procesos de abusos sexuales contra menores de edad o adultos vulnerables.
Esto significa que ya no habrá por parte del Vaticano una confidencialidad en el manejo judicial de la iglesia con respectos a estos casos, lo que no tiene que ver con el sello confesionario, que sigue siendo absoluto e inviolable.
La medida se toma tras las constantes críticas de que la Iglesia Católica utilizaría este recurso para proteger a los sacerdotes acusados. El secreto pontificio ya no se aplicará a las acusaciones, juicios y decisiones tomadas dentro del derecho canónico.
La instrucción de la iglesia dicta cumplir “las obligaciones establecidas en cada lugar por la legislación estatal, incluidas las eventuales obligaciones de denuncia, así como dar curso a las resoluciones ejecutivas de las autoridades civiles”.
Además, el Papa ha prohibido imponer “cualquier vínculo de silencio” a las víctimas, los denunciantes o los testigos.
El Vaticano decidió cambiar la ley sobre el delito de pornografía infantil. haciendo ser un “delito grave” la posesión y difusión de imágenes pornográficas que involucren a menores de hasta 18 años de edad. Hasta ahora se fijaba un límite hasta los 14 años.