RODRIGO SAENZ/AGENCIAUNO
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Estados Unidos y China firman el miércoles un acuerdo comercial tras meses de disputa. Pero esa victoria política del presidente Donald Trump tiene un sabor amargo por los daños que se infligieron las dos primeras economías mundiales durante el conflicto.

Los problemas de fondo siguen pendientes pero, políticamente, es algo muy bueno” para el presidente que busca un segundo mandato, opina Edward Alden, experto en política comercial en el grupo de reflexión Council on Foreign Relations.

Trump puede jactarse de haber sido “tenaz” con China. Y, “técnicamente, ha obtenido un acuerdo” que había prometido a sus electores en 2016, recuerda Alden.

Además, esta tregua en la guerra comercial tranquiliza a los mercados que, en 2018 y 2019, sufrieron numerosos sobresaltos por la decisión de Washington y Pekín de imponerse aranceles punitivos mutuos.

El acuerdo también podría estimular la economía estadounidense, una suerte para la campaña de Trump, al acabar con la incertidumbre y reforzar la confianza de los consumidores, el motor del crecimiento en Estados Unidos.

Se espera asimismo que la tregua dé un nuevo impulso a las inversiones de las empresas, que cayeron mucho en 2019 por culpa de la crisis entre las dos potencias.

A dos días de la firma, Estados Unidos excluyó a China de la nomina de países manipulan su moneda para sacar ventajas comerciales; lo cual fue interpretado como un gesto de distensión.

El viceprimer ministro chino, Liu He, principal negociador de su país, llegó el lunes para firmar el acuerdo.

El documento entero se publicará el miércoles“, prometió Larry Kudlow, el principal asesor económico de la Casa Blanca, para acallar las críticas sobre las negociaciones.

Agence France-Presse

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