El Papa Francisco calificó como una “guerra mundial” el “cruel” conflicto bélico entre Rusia y Ucrania que ya cumple ocho meses desde su estallido.
“Esta es una guerra mundial, porque cuando los imperios se debilitan, entonces necesitan hacer una guerra“, acusó el Pontífice.
Sobre los esfuerzos que se hacen para detener el conflicto, fue escueto en afirmar que “lo que se hace es un trabajo de acercamiento y de buscar soluciones“.
En uno de sus viajes a Baréin, el Papa pidió que ambas naciones negocien para dar término al fuego.
“Quiero realizar un fuerte llamamiento para que se ponga fin a la guerra en Ucrania y se empiecen serias negociaciones de paz”, señaló.
Incluso, se ofreció ir a Rusia para hablar con Vladimir Putin, pero sin embargo, no recibió una respuesta positiva.
Al mismo tiempo, culpó a la venta de armas como uno de los principales detonantes de la guerra. “Es la calamidad mas grande que hay en el mundo: la industria de las armas“, dijo.