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A medida de que las cifras de contagio por el nuevo coronavirus aumentan en Chile y se acerca el invierno, viene el dilema ético respecto al uso de los recursos para combatir la pandemia

La semana pasada se conoció así una carta del Premio Nacional de Periodismo Abraham Santibañez quien oficializó su decisión de renunciar a su respirador mecánico en la eventualidad de que, en este contexto de pandemia, contraiga la enfermedad y llegue a necesitarlo. Y así, salvar otra vida.

En este contexto, la doctora Sofía Salas, docente investigadora del Centro de Bioética de la Facultad de Medicina de la Universidad del Desarrollo e integrante del comité de Ética del Colegio Médico, conversó con “El Rompecabezas” de Agricultura.

Para ella, la carta de Santibañez le “produjo varias sensaciones encontradas. Por un lado, presión a los adultos mayores interpelados e incluso hubo cartas después de personas más jóvenes diciendo ‘yo también dono’ como si se tratase de la Teletón”.

“Resulta problemático por la presión al equipo médico ante decisiones que son muy difíciles de hacer”, agregó.

“Yo no comparto la idea de que la edad por sí sola debiese ser un criterio para decidir quien ingresa o quien no ingresa a ventilación mecánica”, aseveró la académica.

“A esto se le llama el “Dilema de la última cama“. Pero antes de llegar a ese dilema la autoridad sanitaria debe hacer todos los esfuerzos razonables para que los recursos estén disponibles independiente del lugar en que se necesite”, aseguró.

“Es decir, si tengo ventiladores en Arica y los necesito en Temuco, voy a tener que trasladar ventiladores, trasladar pacientes, trasladar recurso humano antes de llegar a tomar decisiones como la última cama”, ejemplificó.

Usted es integrante del comité de ética del Colegio Médico. Me imagino que han mirado la experiencia internacional, lo que se ha vivido en Italia, España en este tema. 

– Absolutamente, estamos en línea como muchas instituciones y vemos con mucha preocupación lo que ha ocurrido en otros países. Afortunadamente nosotros tenemos un mes de desfase y hemos ido aprendiendo  de las experiencias de afuera. De Italia y España está la farra, que cuando se suspendieron las clases se fueron de tapas y bares; y por otro lado, lo que ha sido bien dramático es la cantidad de médicos y profesionales de la salud fallecidos en Italia.

¿Para ellos se necesitan cuidados Intensivos?

– Es un tema muy polémico. De partida quiero decirte que no estamos todos de acuerdo en el Departamento de Ética, pero no se trata de que una vida valga más que otra (…) pero por un lado, un cierto valor instrumental porque necesitamos recuperar la fuerza laboral de profesionales de la salud y, por otro lado, en la medida que estos profesionales de la salud se han contagiado producto de su labor, hay una suerte de retribución de la sociedad para darle algún tipo de prioridad. Pero eso no significa que vayas a desplazar a otras personas que pudieran del punto de vista clínico necesitarlo más. Uno tiene que mantener un balance porque sino la ciudadanía va a pensar que son los médicos los privilegiados de siempre.

Usted dice que es esta preferencia porque la ciudadanía necesita de estos trabajadores de la salud.

– Exacto.

Trasladan A Pacientes De Hogar De Ancianos En Ñuñoa Por Brote Covid 19
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Usted habló del aprendizaje de los que van un mes adelante. Nosotros, ¿qué relación tenemos?, ¿se va a repetir lo de España o Italia?, ¿estamos mejor?

– Hay varias formas de hacer esas mediciones. Hoy día leía un análisis muy interesante que tiene que ver con el momento en que se produce el primer fallecimiento, cuántos contagiados tiene cada país, cuántos test se han hecho. Uno tiene que tener mucho cuidado en comparar las estadísticas entre países porque por un lado uno no sabe bien el número de test realizados, el número bruto no sirve mucho si uno no sabe la población, cuáles son las tasas de lo que estamos hablando. Es absurdo empezar a competir entre países porque de esto nos tenemos que salvar todos. Estamos en un mundo globalizado, es imposible mantener los bordes de los países cerrados para siempre y si no nos ponemos en campaña van a venir rebrotes y no vamos a avanzar.

Hay un tema que va de la mano a lo ético, que es la infraestructura clínica. Que si hay pocos recursos viene el dilema ético de a quién ayudar. ¿Cómo lo ve usted?

– A mí me preocupa porque si uno ve las estadísticas de número de camas UCI por millón de habitantes o 100 mil habitantes, número de ventiladores o número de médicos, nosotros estamos peor que Italia o España. Y, por lo tanto, es fundamental lo que ha sido llamado como “aplanar la curva”, porque no es que no nos vayamos a contagiar. Yo creo que las estimaciones son que un porcentaje importante de la población se va a contagiar y muchos asintomáticos, pero lo importante es que no todos lo hagan al mismo tiempo.

Se habla de un 10% de la población.

– Sí, yo creo que puede ser un poquito más, pero vamos a verlo porque es primera vez que tenemos a nivel mundial este virus. Puede ser en Chile fácil unas 2 millones de personas, pero siempre que se le haga a todos los sospechosos. En España no se le está haciendo a todos.

Pero está este dilema que en algún minuto nos vamos a encontrar con falta de recursos, ventiladores, respiradores o capacidad en la UCI… Se le ha pedido ayuda a China, universidades.

– Yo creo que el ambiente que está es anticipándonos para cuando en poco tiempo más estarán todos los respiradores disponibles ocupados. De hecho la Sociedad de Medicina Veterinaria está ofreciendo y varias universidades están haciendo prototipos y ahí es cuando el profesional sanitario tendrá que decidir a esta persona la dejo adentro y a esta con cuidados paliativos.

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