Pixabay / Referencial
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El Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) levantó una alerta fitosanitaria luego que se detectaran dos ejemplares de Lissachatina fulica, conocido como caracol gigante africano, en el país.

“El primero de ellos se encontró en plantas ornamentales de ingreso ilegal en la región de Tarapacá y el segundo ejemplar se detectó en la región de Arica y Parinacota, luego que turistas trajeran como recuerdo una concha desde un viaje familiar a Brasil“, informó el SAG en un comunicado.

De acuerdo al organismo, “Lissachatina fulica es una plaga que no se encuentra presente en Chile, y junto con ocasionar importantes daños a la agricultura y al medio ambiente, podría portar nematodos que ponen en riesgo la salud de las personas“.

El llamado del SAG es a no comprar productos vegetales en el comercio ilegal y a denunciar al Servicio la eventual presencia de este caracol, que es considerado como una de las 100 especies exóticas invasoras más peligrosas del mundo.

Desde el punto de vista agrícola, el caracol gigante africano es omnívoro, con un apetito voraz, causando un gran desmedro en las plantas cultivadas.

“Se trata de una especie hermafrodita, que alcanza altas poblaciones, las que llegan a vivir hasta 10 años. Su impacto en el medio ambiente también es considerable por su gran capacidad para desplazar a poblaciones de caracoles nativos (muchos de ellos endémicos) al competir por el mismo hábitat y alimento, y por la depredación de flora nativa, entre otros impactos”, señala el SAG.

¿Cómo es?

El caracol gigante africano se puede identificar a través de su caparazón o concha, la cual es mucho más grande que la del caracol común que se encuentra en nuestro país, llegando a medir hasta 30 cm de largo y 10 cm de ancho cuando alcanza su estado adulto.

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