Agencia Uno
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El año pasado, Enel Distribución registró 759 casos de robo de cables dentro de su zona de concesión en la Región Metropolitana, lo que representó un aumento de 314% respecto a 2021. 

En 2023, durante el primer semestre, ya contabilizaron 413 casos, lo que representa un incremento de 17% respecto al mismo periodo de 2022.

En la práctica, al 30 de junio, se sustrajeron 30.975 conductores, lo que ha significado para la compañía destinar cerca de $894 millones a atención de fallas y restitución de cables.

“Nos preocupa el aumento progresivo de los robos de cables, no solo porque afectan la calidad del servicio eléctrico de la comunidad, sino porque se trata de acciones que implican un grave riesgo para las personas, ya sean vecinos, nuestros trabajadores en terreno o los propios autores de estos delitos. Creemos que debiese existir una ley específica orientada a evitar la compra y venta de cobre proveniente del robo de cables y que se haga cargo de las consecuencias negativas que provoca”, explicó Víctor Tavera, gerente general de Enel Distribución.

Durante este primer semestre, se han sustraído 30 kilómetros de cables eléctricos de la red de distribución, equivalentes a 35 toneladas de cobre

Se calcula que 126.895 clientes han sido afectados por variaciones de voltaje e interrupciones de servicio, principalmente en las comunas de Santiago (209 casos), Recoleta (96 casos), Providencia (32 casos), Las Condes (28 casos) e Independencia (20 casos), todos ellos ocasionados por el robo de conductores eléctricos desde las redes, principalmente las subterráneas.

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