En una primera instancia se le dijo que la menor había sufrido una descomposición.
El 14 de junio la ex ministra de Justicia, Javiera Blanco, declaró en calidad de testigo ante el fiscal regional de Los Lagos, Marcos Emilfork, quien lleva adelante la investigación por las muertes de los niños en el Servicio Nacional de Menores (SENAME), organismo que se encuentra bajo el alero del servicio que ella lideró.
En la oportunidad, se le consultó por los antecedentes que tenía del fallecimiento de Lissette Villa, al interior del Centro de Reparación Especializada de Administración Directa en el primer semestre de 2016. La declaración de Blanco ocurrió luego que se formalizara a cuidadoras de la menor por su presunta vinculación con la muerte de Lissette.
De acuerdo a la información a la que tuvo acceso La Tercera, el testimonio de la ex secretaria de Estado ante el persecutor comenzó así “La misma noche que falleció Lissette, la directora (Marcela) Labraña se comunicó por teléfono conmigo avisándome de que una niña había fallecido en el interior del Centro Galvarino, pero no tenía mucha información acerca de lo ocurrido, solo me dijo que se descompensó, pero no me informó cómo falleció, me habló de unas convulsiones y creo que me dijo que era un paro cardiorrespiratorio. Claramente, no había mucha información”.
Agregando que “Le pedí a Ignacio Suárez (entonces subsecretario de Justicia) esa misma noche que estuviera encima del tema. Nunca estuvo remotamente en el aire que estaba relacionado a las educadoras de trato directo ese día”.
Además, explicó que “a través de la jefa de comunicaciones, pude enterarme de que había mucho revuelo en el centro y que los funcionarios de Sename habían comunicado problemas en el interior (de la residencia)”.
Consultada sobre cuándo se enteró que podría existir participación de terceros en la muerte de Lissette manifestó “solo me enteré de que existía una actividad de las educadoras de trato directo en contra de Lissette por la prensa. Tampoco fui informada por Hugo Herrera (ex director del servicio que reemplazó a Labraña) de que existía esta intervención”.
Por otra parte, comentó que como ministerio llegaron a la conclusión de que “podía ser un tema medicamentoso” el caso de Lissette.