descarbonización
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Decirle adiós al carbón en Chile es un desafío ambicioso. La firma del Acuerdo Voluntario de Descarbonización en 2019 hace que las empresas energéticas, como Enel y Colbún, anuncien el cierre o reconversión de sus centrales.

Se le llama descarbonización a un proceso que disminuye o elimina la emisión de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera. Este se encuentra en combustibles fósiles como el gas natural, carbón, petróleo y sus derivados, y es el principal responsable del calentamiento global y sus efectos en el clima, el territorio y la calidad de vida.

El acuerdo sitúa el 2040 como la fecha máxima para que las generadoras cierren sus unidades a carbón o las reconviertan a otra energía. Un proyecto aprobado en la Cámara de Diputados propone el 2025 como límite, pero le falta el visto bueno del Senado.

Para que Chile concrete su plan de descarbonización es fundamental diversificar la matriz energética del país. Estas son algunas claves para su implementación.

Emplear energías renovables

El futuro cierre de las centrales a carbón requiere que se aprovechen otras fuentes. Las energías renovables son una opción atractiva debido a que son gratuitas, no emiten gases de carbono y suelen regenerarse más rápido que su frecuencia de uso.

La energía hidráulica es ampliamente usada en el mundo y la energía fotovoltaica también es popular, ya que entrega electricidad recogida por paneles solares. Según la Biblioteca del Congreso Nacional, hasta el 2020 las energías renovables forman un 48% de la capacidad instalada en el país.

Avanzar en el almacenamiento energético

Uno de los desafíos para la transmisión de energías renovables es la falta de infraestructura para conectar lo producido por las empresas con los lugares de consumo.

En octubre del 2022, la comisión de Minería y Energía del Senado aprobó un proyecto para almacenar electricidad en centrales ya existentes. Con estas, será posible guardar y gestionar la energía recolectada para cuando no haya disponible, por ejemplo, preservar la energía solar para las noches o días nublados.

Mejorar el transporte de energías limpias

Para que la electricidad renovable llegue a casas, escuelas, centros comerciales y cualquier zona de consumo, es esencial que existan líneas de transmisión de alta tensión. La inexistencia de estas arriesga una crisis en el suministro.

La mayor inversión se hace en los trazados entre la región Metropolitana – O’Higgins, Los Ríos – Los Lagos y Atacama – Coquimbo. Algunas líneas de transmisión que iniciarán sus funciones el 2024 son la nueva línea Pan de Azúcar-Punta Sierra-Centella de Ferrovial, la línea Tineo – Ancud de Transelec y Lo Aguirre – Alto Melipilla – Rapel de Eletrans.

Según expuso en El Mostrador el director de Transmisoras de Chile, Javier Tapia, es necesario que el Estado ponga urgencia a proyectos como los anteriormente mencionados.

En su intervención llamó a las líneas de transmisión como “la carretera” por donde las energías renovables tendrán que pasar. “A corto plazo lo que tenemos es lo que hay, los proyectos de transmisión se hacen a muy largo plazo, hoy día tenemos que recorrer la ‘carretera’ como está, lo que podemos hacer son algunas medidas operacionales, pero no tenemos mucho que hacer en el cortísimo plazo”, expuso en el citado medio.

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