El informe entregado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) sobre los niveles de obesidad de Chile en la región es alarmante. En el año 2016 nuestro país ocupaba el octavo lugar entre los países del OCD con un 25,1% de obesidad en adultos. Mientras que ahora nos encontramos en el segundo lugar en Latinoamérica con un 28,8%, a tan sólo una décima de Uruguay que lidera la lista con un 28,9%.
¿Esto qué nos dice? Sin duda, nos pone en un panorama crítico, ya que la mala nutrición en exceso está deteriorando el bienestar de la población, aumentando el riesgo de enfermedades crónicas no transmisibles como son los casos de diabetes e infartos.
Como sociedad, debemos atender esta problemática a la brevedad para evitar que esta tendencia siga en aumento. En este sentido, lo primero que debemos hacer es ordenar nuestra alimentación y la de nuestros hijos. Según FAO, el 9,3% de los menores de 5 años presentan sobrepeso, tasa que sólo es superada por Bolivia y Uruguay con un 10,1% y un 12,4% respectivamente.
Las causas fundamentales del sobrepeso y obesidad son multifactoriales. Si bien esta problemática se produce fundamentalmente por el desequilibrio energético entre las calorías consumidas y gastadas, también responden al sedenratismo producido por la excases de tiempo, optando por algo rápido como la comida chatarra que por alimentos más elavorados y saludables.
Hoy se habla que 4 millones de adultos posee obesidad, mientras que 600 mil personas se encuentran en el espectro grave de inseguridad alimentaria. Estos números aumentarán fácilmente al paso que vamos.
Por lo mismo, es hora de actuar y crear conciencia para evitar que esta tendencia siga en alza por medio de medidas como limitar la ingesta energética procedente de la cantidad de grasa total y azúcares; aumentar el consumo de frutas, verduras, frutos secos, legumbres y realizar actividad física periódica.
María José Leiva de la Paz
Nutricionista Clínica Los Leones