Además, se ha contratado personal específico para la implementación de la ley como son las duplas sicosociales, cargos que también se generaron con celeridad poco habitual en el sistema público.
Entre tanto, los médicos nos vimos obligados a definir nuestra posición. Los objetores debimos firmar un formulario diciendo que lo somos, quedando este en manos del director de cada hospital para que sepa con quién cuenta para ejecutar la ley. Esto debe ocurrir antes de enfrentarse a una situación donde una paciente pida aplicar la ley, ya que si un objetor no lo firmó, no puede declararlo en el momento y debe hacer un aborto, si la paciente está dentro de las causales.
Sin embargo, la realidad ha sido muy distinta, porque hoy la objeción de conciencia no es más que un papel para cumplir con la ley, ya que estamos viviendo diversas situaciones donde no podemos ejercerla.
Por ejemplo:
1) Si un médico es objetor y la paciente solicita interrupción del embarazo, él debe derivarla a un no objetor, por lo tanto está legalmente obligado a participar en el camino que termina en un aborto
4) Por último, cuando solo hay objetores en un turno, pero el proceso de inducción de aborto fue iniciado por un no objetor durante el día, si el evento final ocurre de noche, se transforma en una “urgencia” y eso obliga al objetor a actuar, porque no hay nadie más que lo haga, es decir, el objetor debe llevar a la paciente a pabellón y terminar haciendo el aborto.
Estas situaciones están ocurriendo en Chile, desde la promulgación de la ley, sobre todo en lugares donde los no objetores son pocos, especialmente con las causales de malformaciones fetales y violación, y en menor grado, cuando se trata de riesgo vital de la madre.
En resumen, los médicos objetores, estamos viendo, con frecuencia como se violenta nuestra forma de pensar porque la ley no permite realmente hacer objeción de conciencia en la práctica. Esto, tarde o temprano terminará en algún tipo de conflicto laboral que probablemente implicará la renuncia de algunos o varios especialistas del sistema público de salud porque nos negamos a participar de algo que no está validado en ninguna escuela de medicina: ofrecer muerte de seres humanos como solución a un problema de salud y ocuparse de que eso ocurra cuando una paciente lo pida.
Jorge Becker
Ginecólogo Obstetra
Médico Objetor