Brendan Smialowski / AFP
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Estados Unidos aumentó el lunes la presión contra el mandatario Nicolás Maduro en Venezuela, con sanciones a la estatal petrolera PDVSA, su principal fuente de ingresos, y un llamado a los militares venezolanos a aceptar una transferencia “pacífica” del poder al opositor Juan Guaidó.

La crisis política en Venezuela, que en una semana de manifestaciones dejó 35 muertos y 850 detenidos según varias ONG, “aterra” al papa Francisco, que este lunes dijo temer un “derramamiento de sangre”.

Las sanciones de Estados Unidos buscan impedir a Maduro desviar activos de Venezuela hasta que el poder pueda ser transferido a un gobierno de transición, o un nuevo gobierno elegido según las normas democráticas, explicó a periodistas el secretario del Tesoro, Steve Mnuchin.

“Hacemos un llamado a nuestros aliados y socios para que se unan a Estados Unidos en reconocer al presidente interino Guaidó y en impedir que Maduro pueda acceder a fondos”, dijo desde la Casa Blanca.

Al mismo tiempo, Guaidó anunciaba en Caracas que su gobierno estaba asumiendo el control de los activos de Venezuela.

“A partir de este momento iniciamos la toma del control progresivo y ordenado de los activos de nuestra República en el exterior, para impedir que en su etapa de salida (…) el usurpador y su banda busque ‘raspar la olla’ (agotar)”, dijo en un comunicado difundido en redes sociales.

Guaidó, jefe del Parlamento democráticamente elegido en 2015, se autojuramentó el miércoles luego de que el Legislativo declarara a Maduro “usurpador” por iniciar el 10 de enero un segundo mandato que considera ilegítimo por ser resultado de elecciones “fraudulentas”.

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