Ingrid Parra
Ingrid Parra
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Pura ternura llevó Emma, la hija de la actriz Ingrid Parra al programa donde es panelista “Más Vivi que nunca”. Y es que fue junto a la menor de dos meses al espacio, donde conversó sobre cómo ha vivido la maternidad.

Estoy en mi mejor momento encuentro yo. Me encanta tener al cuidado a esta cabra chica, que es un Grinch de repente, tiene su carácter”, confesó.

Palabras reafirmadas por la comediante, cuando su compañera de equipo, Daniela Nicolás le dice que se ve radiante. “Sí, estoy feliz. Estoy muy feliz. Ya todos los problemas pasaron a segundo plano y estoy concentradísima en este problema, en el ‘happy problem’, como le digo”, respondió.

Respecto a si pensó que sería así, Ingrid aclaro que “no. Superó todas mis expectativas. El ser mamá es lejos lo mejor que me pudo haber pasado en la vida. Pero me preguntan si quiero tener otro… No“, enfatizó.

“Estaba en la sala de parto, cuando me estaban poniendo la epidural yo gritaba como perrito mojado, heavy, me tuvieron que afirmar entre dos, histérica”, agregó.

Recuerda el proceso del parto

“Peka” Parra también compartió con el panel de su programa, cómo fue el proceso de su parto.

“No poh. Me decían ‘no te muevas’ y yo ‘no puedo controlarlo, perdón’. Me afirmaron para ponerme la epidural y estaba medio crucificada, porque con la cesárea como que te crucifican. Es heavy. Sujeta por los dos lados. Y quedé mirando a Cristián (su pareja, el publicista Cristián Salazar) y le dije ‘mi amor, ¿te acuerdas que yo te dije que quería tener cuatro hijos?’. ‘Sí’. ‘Ya no’. Antes de que naciera. Es que es súper estresante el proceso del parto, porque estás cagada de susto“, sostuvo.

Sn embargo, ella tenía todo conversado previamente con el doctor: “Yo dije ‘no quiero tener contracciones, no quiero tener dolor, no quiero que se me rompa la bolsa, no quiero nada de ese estrés por favor. Quiero que me pongan un día, la hora, específico’. ‘Ya’, me dijo el doctor”.

Pero nadie me habló de los entuertos. Nadie me dijo de eso. Los entuertos son una vez que salió la gorda y el útero se empieza a achicar y tus intestinos, todo, empieza a bajar, duele igual que la contracción o peor. Y eso me dolió por un mes completo. Yo llamaba a la matrona, ‘¿qué me pasa?, ¿me voy a morir?’. Como soy yo. ‘No, tómate esta pastilla’. Lo demás no es nada tan terrible, pero los entuertos”, agregó.

El apego con su hija

“Pasé por el famoso apego. Qué terrible es el apego. Yo estaba en la clínica, trataba de ponerla en la pechuga y no me resultaba, estaba como cinco minutos, no más, no me esforcé tanto, y llamaba a la enfermera, ‘no puedo, ayuda’, aclaró Ingrid.

“Llegaba la enfermera, me la ponía en la pechuga, se iba la enfermera, se salía la pechuga, llamaba, ‘se salió’. Atroz. Y a mi casa llegaron tres matronas a ayudarme. Una el domingo y las otras dos como dos días seguidos. Ahora estamos tiquitaca”, cerró.

 

 

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