Miguel SANCHEZ
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Con una inigualable precisión para detectar y analizar las características de los exoplanetas, Espresso, un poderoso espectrógrafo instalado en el observatorio de Paranal, en el norte de nuestro país, se convertirá en el mejor aliado de los astrónomos para buscar vida extraterrestre.

Cuando comience a funcionar en octubre próximo, este sofisticado instrumento trabajará para potenciar a los cuatro enormes telescopios VLT (Very Large Telescope) instalados en Paranal, bajo la tutela del Observatorio Europeo Austral (ESO), en pleno desierto de Atacama, a unos 1.200 km al norte de Santiago.

Esa región tiene uno de los cielos más limpios del planeta con características favorables para la observación del espacio, por lo que allí se asientan los mayores observatorios. Se estima que para 2020 el 70% de la infraestructura astronómica del mundo se concentre en Chile.

El Espresso (Echelle Spectrograph for Rocky Exoplanet and Stable Spectroscopic Observations, o espectrógrafo  para exoplanetas rocosos y observaciones espectroscópicas estables) se trata de un proyecto sin precedentes que dará mayores luces sobre los exoplanetas.

“Espresso estará disponible en los cuatro telescopios a la vez, algo nunca antes realizado, por lo cual, las probabilidades de encontrar planetas similares a la Tierra en masa y tamaño o condiciones para la vida, son mayores”, dijo a la AFP el italiano Gaspare Lo Curto, astrónomo de ESO y uno de los líderes de este proyecto.

El trabajo de esta caja negra en apariencia consistirá en reunir toda la luz que los telescopios VLT colectan de alguna estrella orbitada por el exoplaneta, lo cual permitirá medir el desplazamiento de ambos cuerpos, en un método denominado “velocidad radial”.

Con este método, los científicos obtendrán datos del exoplaneta como su atmósfera, si cuenta con oxígeno, nitrógeno, dióxido de carbono o agua, elementos vitales para la vida.

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