HANS SCOTT / AGENCIAUNO
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La contaminación atmosférica urbana afecta directamente a los habitantes de las ciudades, provocando o agravando enfermedades previas, dejando cada año aproximadamente 3 millones de muertes.

Tal y como afirma la Organización Mundial de la Salud, el auto es una de las principales fuentes de contaminación atmosférica urbana. Si bien los grandes cambios vienen respaldados por agentes de distribución masiva, en este caso las empresas automotrices, como ciudadanos del mundo debemos tomar parte en la reconstrucción de la atmósfera en la que vivimos.

Tomando en cuenta que los autos, buses, camiones, motocicletas, etc., significan “entre un 25% y un 70% de la contaminación atmosférica urbana”, según la OMS, cabe apelar a otros medios de transporte de emisión de carbono cero como la bicicleta, principalmente, y el scooter (convencionales y eléctricos), y todas las clases de vehículos en sus versiones eléctricas. En el caso de las dos primeras alternativas, además de no emitir emisiones de carbono, disminuye “la densidad del tránsito y ayudaría a limpiar el aire que todos respiramos”.

La contaminación atmosférica urbana también influye en la contaminación del aire en interiores, que es principalmente causada por los artefactos que utilizamos en la cotidianidad dentro de hogares, lugares de trabajo y de entretenimiento: electrodomésticos, luz artificial y calefacción; invadiendo al doble nuestro organismo.

Para reducir este efecto negativo y la contaminación del aire ambiente, podríamos sostener la idea de un giro de micro a macro. Dentro de la ciudad, en donde desarrollamos todas nuestras actividades, podemos movilizarnos en bicicleta, teniendo la opción de utilizar una propia o arrendada. Santiago cuenta con diversos sistemas que ofrecen el servicio de arriendo de bicicletas, de empresas reconocidas como Bike Santiago o Mokibe, y de otras empresas como Rentabike, La Bicicleta Verde y Grado Sur. Todas cuentan con sitios web en donde brindan la información necesaria para hacer uso de este tipo de transporte ecológico.

Además, el uso de la bicicleta cuenta con otros beneficios para nuestra salud: reduce los niveles de colesterol negativo, combate el sobrepeso, disminuye el estrés, contribuye al sistema cardiovascular, respiratorio y cerebrovascular.

En cuanto a la movilización a larga distancia, el gobierno de Chile ha tenido numerosas iniciativas, entre las que están la implantación progresiva de buses y autos eléctricos, con la meta de que en el 2050 el 40% de los autos particulares y el 100% del transporte público sean de esta naturaleza, según un artículo de El Mundo, promoviendo el uso de autos menos contaminantes como el Toyota Prius, el Ioniq AE de Hyundai y el Optima JF de Kia, que son híbridos, y combatiendo el uso de los más contaminantes (diesel): el Maxus V80 2.5, el Volkswagen Crafter 2.0 y el Citroen Jumpy L2H1 1.6.

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