La historia es así. El miércoles Curicó Unido informó de ocho casos de coronavirus al interior de la delegación, situación por la cual solicitó la suspensión los partidos ante Huachipato y Unión Española. La petición fue denegada por la ANFP y peor aún: en sólo cuestión de horas le informaron que el duelo contra los acereros se jugaba sí o sí. Debido a esto viajaron a Talcahuano sin la preparación adecuada y con una merma en su contingente.
Franco Bechtholdt, defensa de los maulinos, conversó con Deportes en Agricultura y expresó toda su molestia por lo vivido. “Estamos con mucha impotencia con todo lo que pasó. Nos sentimos pasados a llevar en muchos aspectos, sobre todo en el ámbito del profesionalismo y deportividad. No puede ser que a las 09:00 nos digan que tenemos que hacer cuarentena y a las 11:00 nos avisen que tenemos que jugar”, dijo.
“No nos esperábamos nunca esta falta de profesionalismo y poca seriedad de parte de los que organizan esta competencia. Se pasó a llevar la igualdad de condiciones, estos detalles marcan la diferencia”, complementó el argentino, quien detalló las penurias vividas en el camino. “A las 11:00 nos dijeron que había que jugar, que pasara lo que pasara no dependía de nosotros y que había que ponerle el pecho a las balas. Rezábamos para que ninguno de nuestros compañeros tuviera síntomas para que el partido se desarrollara de esta manera. La alimentación rápida fue un sándwich y después a la cancha“, expresó.
Bajo esa línea, Franco Bechtholdt reconoció que jamás pidieron ayuda, pero sí comprensión ante lo delicado de la situación. “Nosotros no pedíamos ventajas, sólo queremos que se haga justicia y lo justo. Es una total injusticia, una falta de deportividad. Nos sentimos muy abandonados por el SIFUP, no sé si hicieron algo para darnos una mano y enfrentamos este partido con muchas desventajas. Pusimos el pecho a una situación de mierda”, manifestó.