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Rafael Nadal y Novak Djokovic protagonizaron una exhibición de tenis en Roland Garros. El español y el serbio dieron vida al capítulo 59 de la mayor rivalidad de este deporte y ambos superaron con creces las expectativas.

El primer juego del partido, que se prolongó por diez minutos, fue solo un anticipo de lo que vendría. Allí, Nadal quebró de entrada para comenzar a adueñarse de la primera manga. El español validó su quiebre al sostener su servicio en el segundo juego y se puso rápidamente en ventaja por 2-1.

Un segundo quiebre en el quinto juego le permitió a Nadal cerrar la primera manga con un cómodo 6-2.

El segundo set arrancó similar al primero. El primer juego se extendió por 13 minutos y Nadal nuevamente quebró el servicio de Nole. El español hizo lo propio en el tercer juego y se puso en ventaja por 3-0.

Sin embargo, Djokovic se repuso y con dos quiebres consecutivos igualó 3-3 el marcador en la segunda manga. Aprovechando el envión anímico, el serbio consiguió un tercer break en el décimo juego y cerró la manga 6-4 a su favor.

Eso pareció no afectarle en demasía a Nadal, quien en el tercer set arrancó, otra vez, con un quiebre a su favor. En el quinto juego el mallorquín repitió y se puso en ventaja por 4-1 en un set que finalmente se cerró con un contundente 6-2.

En la cuarta manga, Djokovic pudo ganar su servicio de partida por primera vez en el partido y consiguió un quiebre en el segundo para ponerse en ventaja de 3-0. El número uno del mundo llegó a estar 5-3 sirviendo para forzar un quinto set, pero Nadal, como tantas veces, reaccionó a tiempo y forzó el tie break.

Allí Nadal se resistió a estirar el partido y con un 7-4 sentenció el partido a su favor, por 6-2, 4-6, 6-2, 7-6. Ahora, el español, se medirá en las semifinales del torneo al alemán Alexander Zverev, quien dejó en el camino a Carlos Alcaraz.

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