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Previo a su debut en el Abierto de Australia, el tenista serbio Novak Djokovic recordó la polémica que protagonizó en el primer Grand Slam de la temporada el año pasado, donde fue deportado y no pudo competir por no estar vacunado contra el Covid-19.

“De repente me convertí en el villano del mundo, lo que obviamente es algo terrible para un deportista. Me vi arrastrado hacia una tormenta en todos los medios del mundo relacionada con cualquier tema que tuviera que ver con el COVID y la vacuna”, indicó.

“Me quedé varias semanas en casa, sólo esperaba que la situación se calmara, lo que final sucedió, pero las consecuencias quedaron allí. No fue fácil para mí recomponerme mentalmente y reiniciar de nuevo. En cada conferencia de prensa me hacían al menos una o dos preguntas sobre Australia y lo que sucedió. Incluso si quería seguir adelante, la gente me lo recordaba”, agregó.

Sobre lo ocurrido, explicó que “dos o tres personas más entraron a Australia diez días antes que yo con la misma exención médica. Sencillamente, yo seguía las reglas. Mi exención fue verificada por un organismo independiente y un panel de médicos. Llegué con todos los papeles válidos. Todo se salió de control. Yo quería quedarme aquí y jugar al tenis, pero llegó un punto en el que la locura era tan grande que simplemente quería marcharme y llegar a casa”.

Por último, aseguró que lo ocurrido lo perseguirá durante mucho tiempo. “Los medios me criticaron durante varios meses y eso me hizo mucho daño a mí, a mi marca y a las personas que me rodean. Al final lo aceptas y lidias con ello. No es algo que acabe con todo lo que he logrado dentro y fuera de la pista en mi carrera, aunque tuvo tal impacto que se recordará y me perseguirá durante mucho tiempo”, cerró.

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