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Todo indicaba que Luis Rubiales iba a renunciar a su puesto de presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) tras el beso a Jenni Hermoso y el tocamiento de sus partes íntimas en el palco. Sin embargo, contra todo pronóstico, Rubiales fue enfático en indicar: “No voy a dimitir”.

“No voy a dimitir. ¿Un pico consentido es para sacarme de aquí? Si alguien comete semejante atrocidad, me defenderé”, lanzó en su discurso en la Asamblea Extraordinaria de la RFEF convocada este viernes.

Antes de expresar su decisión de no renunciar, Rubiales sostuvo que “este es el órgano que me eligió. Este es el órgano ante el que tengo que dar todas las explicaciones así que empezamos sin más dilación. Hay mucha gente que, aunque silenciada, me está apoyando. Yo diría que más que en contra. Se está cometiendo un asesinato social”.

Por otro lado, respecto al beso con Jenni Hermoso, el aún presidente de la RFEF explicó que “no hay deseo y no hay posición de dominio. Toda la gente lo comprende aunque se esté vendiendo otra cosa, rindiendo pleitesía al falso feminismo, que es una gran lacra en este país. Fue un beso espontáneo, mutuo, eufórico y consentido, que está es la clave. Jenni me dijo ‘eres un crack’ y le contesté: ‘Un piquito?’ Y ella me dijo: ‘Vale'”.

Además, pidió disculpa por tocarse las partes íntimas en el palco de la final de la Copa del Mundo: “Quiero pedir perdón sin paliativos por un hecho que sucedió en el palco. Cuando, en un momento de euforia me agarré esa parte del cuerpo”, señaló antes de dirigirse al DT español Jorge Vilda para explicar que era un gesto entre ellos fruto de la tensión que han vivido durante el último año.

De esta forma, Rubiales continuará en el cargo, pese a las intenciones de diferentes partes del Gobierno español, que pedían su renuncia, y al expediente disciplinario que abrió la FIFA contra él. Aunque respecto a esto último hay que esperar la resolución de la investigación.

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