Así, la vocera detalló que Rusia tiene una participación de 17% y Ucrania del 12% de las ventas mundiales de trigo, ‘lo que ya repercutió en los mercados internacionales de este cereal y Chile es tomador de estos precios’.
Para Irarrázaval, la dimensión del impacto de este conflicto a mediano y largo plazo, ‘es difícil de cuantificar aún’. Precisó que esto depende de muchos factores, entre otros, de la efectividad de las sanciones que tomen terceros países contra Rusia.
‘Un escenario posible es que, países que normalmente se abastecen de trigo desde Rusia, dejen de comprarle, y se produzca una desviación de comercio. A su vez, es posible que Ucrania vea reducida su capacidad de producción agrícola’, dijo.
De acuerdo a los datos entregados por el servicio, del total de trigo comprado por los molinos el año 2021 en Chile, un 42% correspondió a trigo importado. Dichas importaciones provinieron principalmente de tres orígenes: Argentina (49%); Canadá (35%) y EE.UU. (15%).
Consultada respecto a qué podría pasar con los precios internacionales, Irarrázaval comentó que a la fecha las principales bolsas que transan granos y cereales han internalizado parte de los costos de este conflicto, aumentando los precios de futuros.
En relación con el precio de la energía como insumo de la producción de alimentos, ‘no es esperable que su tendencia alcista cambie en el corto plazo’, añadió.
¿Podría presentarse algún riesgo de desabastecimiento? Ante esta consulta Irarrázaval fue clara, en el corto plazo no es esperable. ‘Estamos finalizando la época de cosecha nacional, lo que permitiría un abastecimiento suficiente para los próximos seis meses. Sin embargo, es importante tener un monitoreo permanente de este conflicto bélico, con el objeto de tomar las medidas que correspondan cuando sea necesario’, acotó.