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Chile es el segundo productor de trufas en el hemisferio sur, después de Australia, pese a que hoy todavía se trabaja a nivel local en pequeña escala. Hablamos de cerca de 400 hectáreas cultivadas, en distintas zonas entre las regiones Metropolitana y de Los Ríos.

Según estimaciones de la Asociación de Trufas de Chile, al año 2030 se podría llegar a unas 800 hectáreas plantadas, con una producción anual de entre 15 y 17 toneladas. En El Agro, hablamos con Rafael Henríquez, vicepresidente de la Asociación de Trufas de Chile.

“Desde que FIA financió el proyecto para el ingreso de este producto, desarrollamos una truficultura propia, y se determinó que los climas potenciales son el sur de la V región hasta la Región de Los Ríos, como un continuo, porque la trufa quiere un verano templado y un invierno frío, ojalá con más de 400 horas frío”, explica Henríquez.

Y añade que “la trufa es un cultivo lleno de detalles, entonces tenemos que partir con un clima mediterráneo bien marcado, ojalá que no llueva en el invierno, pero que haga mucho frío, pero como eso en Chile no pasa, tenemos que buscar terrenos bien drenados”.

Chile principal productor de América Latina

“El agricultor chileno le queda entre 500 y 600 dólares por kilo, dependiendo de la categoría de trufas que saquen. En el caso de la extra trufa podemos llegar a tener 1.400 dólares por kilo”, señala Henríquez.

“Chile es el segundo productos nivel del Hemisferio Sur, y en Sudamérica somos los primeros productores”, aseguró el vicepresidente de Asotruf.

Y agregó que “el año pasado produjimos del orden de las 2.5 toneladas, de las cuales 1.3 se exportaron, entre 300 y 500 kilos se comieron en Chile, y el resto se quedó entre los agricultores”.

Oportunidades para la trufa chilena

Para Henríquez, “la trufa es un producto de nicho, pero el valor está en la exportación, no somos un país consumidor. Esto se va a las capitales gastronómicas, principalmente a Estados Unidos y a la comunidad europea”.

“Pero tenemos mercados potenciales, como Brasil, que consume 8 toneladas de trufa, y podría ser un buen mercado para Chile”, añadió.

Asociatividad es la clave

Según Henríquez, luego de estar trabajando 20 años en esta industria, la asociatividad ya está dando resultados. “En el último año se está dando lo que siempre quisimos, que esto fuera para la pequeña y mediana agricultura”, indicó.

A lo anterior, añade que “acá desde 1 hectárea o media hectárea es potencialmente viable, financieramente atractivo. Tengo clientes que tienen 1 hectárea y le sacan 80 kilos, es decir 40 mil dólares, y la trabajan solitos con un par de perritos”.

“Por eso es tan importante la asociatividad que tenemos los productores. Queremos que todos nuestros truficultores puedan elevar sus estándares de cultivos”, señaló.

Finalmente, explica que “el último gran paso es mostrarnos afuera, que somos una industria creciente, que estamos sacando un muy buen producto, y que estamos trabajando en la calidad”.

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