(Photo by Noel CELIS / AFP)
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En todo el mundo se conmemora viernes santo, que recuerda según la fe católica, el día en que Jesús fue crucificado.

Si bien en diversos lugares se realiza el tradicional Vía Crucis, hay un lugar donde este rito es bastante particular y crudo por lo que viven sus fieles de forma voluntaria.

Se trata de Filipinas, donde una decena de fieles se dedican a revivir el momento de la crucifixión de la manera más fiel posible, es tanto así que muchos arrastran la cruz, son crucificados, y además reciben una penitencia salpicada de sangre y sudor con la que buscan expiar sus pecados.

Este año, la tradición atrajo a unos 20.000 devotos, curiosos y turistas hasta San Fernando de Pampanga, en el norte de Filipinas, el país más católico de Asia.

33 veces crucificado

Ruben Enaje, es un filipino de 58 años, que además de exponerse a este gran dolor, de ser crucificado, ya acumula en su cuerpo este rito por 33 años que incluyen clavos de 10 centímetros.

Además, muchos de los fieles están acostumbrados a la autoflagelación o llegan descalzos para castigarse con flautas y al menos 10 debían fueron clavados en cruces durante todo el Viernes Santo, esto en una exhibición de adoración que empapa de sangre a Filipinas.

Cabe destacar, que para ellos las flagelaciones en el norte del país son afirmaciones extremas de fe que se realizan cada Pascua en el puesto católico de Asia.

Revisa las imágenes de este rito

 

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