Sequía - Agencia Uno
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La escasez de agua es hoy uno de los principales desafíos del siglo XXI al que se están enfrentando numerosas sociedades de todo el mundo. Y es que el acceso al recurso hídrico puede crear paz o desencadenar conflictos.

Esto, entendiendo que cuando las personas tienen un consumo desigual o nulo del mismo, es posible que aumenten las tensiones entre comunidades y estas alcancen hasta los países.

Según cifras de las Naciones Unidas, más de 3.000 millones de personas en todo el mundo dependen de agua que atraviesa las fronteras nacionales. Sin embargo, solo 24 países tienen acuerdos de cooperación para todos los recursos hídricos que comparten.

Chile, por cierto, no está ajeno a este escenario global. Así lo explica Javier Urrutia, académico de la Universidad Bernardo O´Higgins (UBO), quien dice que, aunque los eventos de lluvias ocurridos el año pasado en el país han aliviado parcialmente la escasez de agua en algunos lagos y embalses, resulta insuficiente para contrarrestar los diversos impactos que ha generado este panorama, el cual ha durado por más de una década en la zona central de Chile.

“Un ejemplo de lo anterior es el estado crítico en el que se encuentran varios embalses en la Región de Coquimbo, que registran niveles mínimos históricos de almacenamiento de agua y el continuo descenso de los niveles freáticos de los acuíferos en la zona central del país durante el año 2023”, comenta el especialista.

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Políticas públicas para un mejor aprovechamiento del recurso hídrico

El impacto de esta escasez hídrica ha impulsado la necesidad de ejecutar políticas públicas para un mejor aprovechamiento del agua.

En el caso de Chile, Urrutia plantea la importancia de implementar estrategias dirigidas a mitigar la extracción de aguas subterráneas, facilitando así la recuperación de los acuíferos.

Sumado a ello, el experto explica la relevancia de mejorar el sistema del monitoreo hídrico, ampliando la cobertura de estaciones de medición de parámetros hidrometeorológicos, caudales, niveles en embalses y lagos, y evaluación de los niveles freáticos en acuíferos.

“Se debería establecer una política de priorización en la demanda de agua en contextos de sequía prolongada, lo que podría ayudar al uso eficiente y sostenible de los recursos hídricos. Adicionalmente, se debería fomentar iniciativas de recarga artificial en cuencas en donde sea factible, complementándola con programas de monitoreo continuo de los niveles freáticos y la calidad del agua subterránea”, puntualiza el investigador.

Así, tal como Chile, son diversos los países que están enfrentando la escasez de este recurso ejecutando distintas estrategias para un uso más correcto del mismo. Es en ese contexto que este 2024 la ONU hace un llamado a la acción colectiva, instando a que todas las naciones se unan en torno al agua y se utilice como un medio para construir la paz.

“Es fundamental establecer las bases para un futuro más estable y próspero, lo que implica reconocer la importancia crítica de este elemento compartido y trabajar juntos para su gestión más sostenible”, concluye el organismo internacional.

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