
El mejor gimnasta de la historia de Chile, Tomás González, lanzó su autobiografía: “Campeón”, un libro en el que repasa su historia deportiva, las lecciones, triunfos y caídas. Entre sus páginas revisa los momentos más alegres de su vida y también cuenta los momentos más dolorosos para poder competir en unos Juegos Olímpicos.
“Yo estaba tan concentrado en llegar a los Juegos Olímpicos que acepté tratos abusivos de mi entrenador. Pero me pasaron la cuenta, me afectaban sicológicamente y después de Londres dije no puedo más, me está haciendo mal, hasta aquí llego con él, no estoy disfrutando la gimnasia y tampoco mis logros”, contó a La Tercera el doble finalista olímpico en Londres 2012 y Río 2016.
Lágrimas, rabia y malos tratos
Desde 2007 González entrenó con el cubano Yoel Gutiérrez, quien se caracterizaba por tener un carácter explosivo con sus pupilos. “Llegué a llorar de pura rabia, porque era súper ingrato. Mientras íbamos aumentando y mejorando en rendimiento, más se acentuaban sus problemas de ira, lo violento que se iba poniendo”, añadió el deportista.
Según cuenta el gimnasta, “estaba dispuesto a sacrificar mi salud mental con tal de poder llegar a unos Juegos Olímpicos. Por un lado, fue un periodo de crecimiento para ambos, para mí como deportista y para él como entrenador, pero su trato abusivo me pasó la cuenta. Entonces, dije no puedo más. Hoy el tema de los tratos abusivos se habla, hay protocolos, pero en ese minuto no se hablaba y yo lo escondía”.
En el libro Campeones, Tomás González hace un recorrido desde sus inicios, cuando ensayaba sus volteretas en la playa de Las Cruces junto a Marcela, su hermana, hasta lo que fue su última participación en unos juegos olímpicos, Tokio 2021. Aborda, también, la relación con su familia, la precariedad de sus entrenamientos, las polémicas con la antigua Federación de gimnasia, facetas íntimas de su vida personal, como su orientación sexual, y su faceta como emprendedor.