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Djokovic, inoxidable: vence a Zverev y está nuevamente en semis de Roland Garros

Djokovic, inoxidable: vence a Zverev y está nuevamente en semis de Roland Garros

A los 38 años, Novak Djokovic sigue compitiendo como si tuviera todo por demostrar. Este miércoles, se deshizo de Alexander Zverev en cuatro sets y avanzó, por decimotercera vez, a las semifinales del Grand Slam parisino.

No había olvido. El serbio llegaba con cuentas pendientes. Su último cruce ante el alemán había quedado trunco en Australia por lesión, pero en la arcilla de la Philippe Chatrier se escribió una historia diferente. En un partido con tintes de final anticipada, Djokovic impuso su jerarquía por 4-6, 6-3, 6-2 y 6-4 tras 3 horas y 17 minutos de un duelo tenso, vibrante y colmado de calidad.

El primer golpe fue alemán

Zverev comenzó con un libreto claro: atacar con profundidad, tomar la iniciativa y evitar la pasividad que tanto lo ha condenado en citas grandes. Su agresividad inicial sorprendió. Rompió de entrada y no soltó más el mando del primer set. El 6-4 parcial parecía marcar una noche larga para Djokovic.

Pero si algo define al serbio es su capacidad para reinventarse. Porque cuando todo parecía adverso, apareció su mejor versión. Con su saque como bastión (no volvió a perderlo desde el primer juego del partido), ‘Nole’ fue derrumbando la estructura de Zverev hasta dominar el ritmo y el marcador. A partir del segundo parcial, el número uno del mundo entró en “modo chacal”.

El dominio mental de un Djokovic inquebrantable

El tercer set fue una clase magistral de control y consistencia. ‘Nole’ comenzó a fundir a Zverev con dejadas quirúrgicas y rallies eternos. El alemán, por su parte, revivió fantasmas ya conocidos: errores no forzados en momentos clave, doble faltas inoportunas y desconexiones mentales. Tres quiebres consecutivos marcaron el declive.

La muestra más clara de frustración llegó en un punto que bien podría definir el partido: un rally de 41 golpes terminado con dos smashes fallidos por Zverev y un Djokovic exultante, incrédulo de lo que acababa de lograr.

En el cuarto set, pese al empuje final de Zverev, Djokovic no soltó el acelerador. Cinco match points necesitó para cerrar el encuentro, y lo hizo sin perder su compostura. El serbio sigue rompiendo récords: suma ahora 101 victorias en Roland Garros y enfrentará a Jannik Sinner por un cupo en la final.

A su edad, con todos los títulos posibles en su palmarés, Djokovic sigue teniendo hambre. Sigue levantándose para partidos como estos, como confesó en la entrevista postpartido, y, sobre todo, sigue demostrando por qué es uno de los más grandes de todos los tiempos.

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