
Jannik Sinner (1° del ranking ATP) consiguió su lugar en la final de Roland Garros tras vencer a Novak Djokovic (6°) en un partido vibrante que terminó 6-4, 7-5, 7-6. A pesar de que el veterano serbio, con 38 años, jugó a un nivel altísimo, la potencia física y el impresionante despliegue de golpes de ‘Zanahoria’ fueron determinantes a lo largo del encuentro.
Sinner impuso su ritmo físico
Desde el inicio, Sinner mostró su gran capacidad para mantener un ritmo elevado, algo que se volvió evidente en los momentos cruciales de cada set. El italiano, con su firmeza en los intercambios y su capacidad para generar presión con cada saque, superó a un Djokovic que no dejó de luchar. A pesar de un primer set más ajustado, Sinner se mostró más constante y menos errático, lo que le permitió aprovechar los momentos claves para llevarse el partido.
La diferencia de 15 años entre ambos jugadores también se reflejó en la resistencia física. Sinner, con su juventud y vigor, mantuvo su nivel de juego alto durante todo el encuentro, a diferencia de Djokovic, que en algunos tramos del partido parecía estar luchando contra el cansancio. Sin embargo, el serbio no dejó de pelear, y el segundo set fue un claro ejemplo de su gran capacidad para adaptarse. En el tie-break del tercer set, la potencia de los golpes del italiano y su capacidad para gestionar la presión marcaron la diferencia, llevándose el partido en sets corridos al ganar el desempate de la tercera manga por 7-3.
Con esta victoria, Sinner se enfrentará en la final a Carlos Alcaraz (2), quien también tuvo que luchar duro para superar a Lorenzo Musetti (23), que se retiró durante su semifinal en el cuarto set. Será la primera final en París para el italiano de 23 años.