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AjoProductores de Victoria y Curacautin participaron del taller sobre cultivo del ajo, actividad organizada por INIA Carillanca en el contexto del proyecto Mejoramiento de la competitividad del sistema ganado – cultivo de la provincia de Malleco, a través de acciones de transferencia tecnológica e innovación. La jornada estuvo a cargo de Ma. Gabriela Chahín, especialista de INIA que dirige la iniciativa, además de la consultora privada Pilar Díaz.

El taller entregó  antecedentes del manejo agronómico del ajo, donde se habló de tipos cultivados en Chile, como por ejemplo el sativo y chilote que tienen diferencias. “El ajo chilote es de cabeza y dientes más grandes, menor cantidad de dientes y túnicas gruesas. Mientras que el sativo, que puede ser rosado o blanco, tiene una cabeza pequeña y mayor cantidad de dientes. Es un ajo más pungente y picante, con mayor aroma y excelente guarda. El ajo chino tiene túnicas internas y externas blancas, menor sabor y pungencia y corta duración en almacenaje”, explicó Pilar Díaz.

Respecto a la plantación se recomienda comenzar en mayo hasta fin de junio como máximo, utilizando buena semilla de ajo. Es decir, utilizar los dientes externos, sanos y uniformes, de forma cóncava. La dosis de semilla es de 25 a 64 dientes por metro cuadrado, dependiendo del tamaño. “Antes de sembrar es muy importante la desinfección de semilla. Una alternativa es 20 gramos de  Benomilo más 30 gramos de Thiuram en 10 litros de agua,  considerando un baño de inmersión por 15 minutos. Otra opción es 50 a 80 cc de cloro en 10 litros de agua, o bien 30 gramos de sulfato de cobre diluídos en 10 litros de agua. Cualquiera de estas tres alternativas es válida, y en los  tres casos la semilla debe ser utilizada antes de 24 horas”, insistió la experta.

El cultivo de ajo se adapta a la gran mayoría de suelos, pero prefiere aquellos francos o algo arcillosos, ricos en potasio. El sistema de cultivo es en mesas de 5 hileras o camellones con doble o triple hilera. “Sobre distancias de siembra, entre hilera el rango varía desde 12 a 20 centímetros y sobre hilera 12 a 20 centímetros. En superficies pequeñas lo más usado es de 20 por 20 centímetros en mesa. El suelo debe prepararse a una profundidad de 20 centímetros, mientras que el encalado es de 100 a 200 gramos por metro cuadrado”, explicó Pilar Díaz.

Para el control de insectos del suelo, se recomienda un producto como Lorsban 3G  en dosis de   2 a 3 gramos por metro cuadrado, aplicado al surco en mezcla con el fertilizante. También existen otros sistemas menos tóxicos como la bio fumigación o solarización, o bien la utilización de trichodermas para prevención de pudrición blanca. Existen en polvo o líquido y deben ser incorporados al suelo previo a la siembra.

Respecto a la fertilización base es recomendable un análisis de suelo.  Como referencia se puede usar: superfosfato triple de 2,3 a 4,6 kg/100 m2, Sulpomag de 3,1 a 4,1 kilos/100 m2 aplicar localizado en la hilera de siembra.

Siembra y control de malezas
La siembra se realiza de acuerdo a las distancias mencionadas anteriormente, ubicando los dientes con la raíz hacia abajo y a una profundidad de 2,5 a 3 veces el tamaño de la semilla, sin sobrepasar los 10 centímetros de profundidad. Finalmente tapar sin compactar, y en caso de no haber humedad suficiente es necesario regar.

El control de malezas con herbicida pre emergente se realiza con Linuron en dosis de 10 cc en 3 litros de agua para 100 m2, o bien usar control manual. “Cuando la competencia por luz, nutrientes y agua es crítica y afecta el desarrollo de las plantas es el momento de controlar malezas, las que no deben tener más allá de 4 hojas. El control de malezas gramíneas se puede realizar con Flecha 9.6 EC en dosis de 15 cc en 3 litros de agua y ante la presencia de malezas con 4 a 6 hojas”, recomendó Díaz.

Fertilización
Durante las primeras fases de cultivo hasta los dos primeros meses desde la brotación se consumen las reservas de los bulbillos, donde la absorción de nutrientes del suelo es baja. Entre el segundo o tercer mes comienza una intensa absorción de nutrientes: nitrógeno, potasio, calcio, magnesio, fósforo y azufre, gran desarrollo vegetativo y aumento de materia seca. Al inicio de la bulbificación se reduce la absorción de nutrientes y se produce movimiento desde la parte aérea a los bulbos en formación. Es por ello que la segunda fertilización se hace cuando los ajos tienen entre 45 y 60 días de plantados. Para el desarrollo vegetativo se aplica nitrógeno y potasio en cobertera de absorción rápida (nítrico), 3 a 5 kilos de salitre potásico/100 m2. En la etapa de bulbificación,  entre los 180 a 210 días se aplica el resto del nitrógeno. 1,5- 2,5 kilos salitre potásico / 100 m2.

Riego y cosecha
Idealmente se debe considerar el riego por goteo. La frecuencia dependerá del tipo de suelo y de las condiciones climáticas. Las necesidades más importantes de agua se producen durante la formación del bulbo (diciembre-enero). En el período de  maduración el bulbo, las necesidades de agua van decreciendo y dos semanas antes de la recolección, se suspende. Ello porque la planta debe comenzar su secado natural previo a la cosecha.  A los 20 días de suspendido el riego se arrancan las plantas, dejándolas sobre el suelo y protegiendo las cabezas con las mismas hojas de los ajos, pues no deben quedar expuestas al sol.

Índices de Madurez y Calidad
El ajo se puede cosechar en diferentes etapas de madurez para mercados especializados, pero la mayoría se hace cuando los bulbos están bien maduros. Se suele cosechar cuando los tallos se han caído y están muy secos.

Los ajos de buena calidad están limpios, son blancos u otro color típico de la variedad, bien curados, con cuello y pieles externas secos. Los dientes deben ser firmes al tacto. La guarda debe realizarse a menos de 5 grados, en oscuridad, con baja humedad ambiental. Se calibran de acuerdo al tamaño del bulbo”, acotó la especialista.

Acerca de INIA
El Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) es la principal institución de investigación agropecuaria de Chile, dependiente del Ministerio de Agricultura, con presencia nacional de Arica a Magallanes, a través de sus 10 Centros Regionales, además de oficinas técnicas y centros experimentales en cada una de las regiones del país.

Su misión es generar y transferir conocimientos y tecnologías estratégicas a escala global, para producir innovación y mejorar la competitividad del sector agroalimentario.

Fuente: INIA

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