Para masificar los estudios e impulsar el producto se buscan socios en el sector forestal.
Después de 15 años de investigación, la Dra. Alejandra Moenne, del Depto. De Biología de la Universidad de Santiago de Chile, logró evidenciar que los oligo-carragenanos de algas marinas rojas estimulan el crecimiento y defensa contra patógenos en árboles frutales y flora nativa.
“Estamos dando respuesta a una necesidad país y de la industria agrícola y forestal, con un producto 100% puro y orgánico que permite aumentar al doble la productividad de vides y árboles frutales y estimula el crecimiento de bosque nativo. Además, de disminuir las infecciones de los árboles frutales, con un potencial para la productividad y sustentabilidad de los recursos que podrían ser muy importantes”, señala Moenne.
La iniciativa ha permitido desarrollar y comercializar mediante la empresa Sirius Natura S.A., los compuestos bautizados como Karla, estimuladora de crecimiento y defensa contra patógenos, y Thor, encargado de alimentar la tierra para permitir efecto de Karla.
Investigación
Para esto, se hicieron primero una serie de análisis en plantas de tabaco y en Eucalyptus, que demostraban que el compuesto Karla aumenta la fotosíntesis, la asimilación de nitrógeno y de azufre lo cual significa un aumento del metabolismo basal. Además, la defensa contra hongos, bacterias y virus, también se encontraba incrementada, logrando prevenir que la planta se infectara y también pudiendo revertir una infección ya instalada.
Los oligo-carragenanos, pueden ser del tipo lambda, iota o kappa (Karla). Este último, es con el cual trabaja principalmente gracias a sus características que le permiten aumentar el crecimiento y la inmunidad innata de la planta mediante la aspersión de una solución acuosa sobre las hojas de las plantas y árboles. Luego de este tratamiento, se observa un aumento de la altura del árbol, además del diámetro y largo de las raíces y tronco, lo cual indica que el árbol ha crecido más rápido. Los positivos resultados, se han observado en vides, cítricos y kiwis, además de cultivos forestales, entre los que destacan especies de bosque nativo como Roble, Quillay, Raulí y Coihue.
“Nuestro apuesta es a encontrar socios en la industria de la fruta y en el mundo forestal. De esta forma, masificaremos los estudios. Las potencialidades son ilimitadas, hablamos de dar mayor sustentabilidad a recursos que son escasos, con el consiguiente impacto económico, en los productores y consumidores”, puntualiza la Dra. Alejandra Moenne.
Fuente: LIGNUM