El virtual vencedor de las elecciones presidenciales en Bolivia, Luis Arce, ha tratado de marcar distancias con su mentor político, Evo Morales. “Si quiere ayudarnos, será muy bienvenido, pero no significa que estará en el Gobierno. Será mi gobierno”, ha subrayado.
A falta de la confirmación de los resultados oficiales, las primeras proyecciones apuntan a que Arce devolverá el poder político para el Movimiento al Socialismo (MAS), un año después de que Morales tuviese que dimitir por las dudas sobre la transparencia de las elecciones.
El exministro de Economía ha subrayado en una entrevista con la cadena británica BBC que los comicios del domingo demuestran “de manera muy clara” que el MAS es “mayoría” en Bolivia y que, por tanto, en las elecciones de 2019 “no hubo ningún fraude”, sino que la derecha política fraguó “un golpe de Estado”.
De cara a su futuro mandato, aspira sin embargo a “tender puentes”, si bien precisamente las primeras semanas pueden estar marcadas por las dudas sobre la posible vuelta de Morales a Bolivia -en la actualidad reside en Argentina- y por el papel que desempeñará en el futuro, habida cuenta de que no ostentará ningún cargo político -su candidatura a senador fue anulada-.
Arce ha rehusado aclarar cuándo podría regresar Morales a Bolivia, a pesar de que él mismo se comprometió a facilitar su vuelta si lograba la Presidencia, y ha defendido en cambio una “renovación” dentro del MAS, en la que el expresidente por ahora solo podría “ayudar”. En este sentido, ha dejado en manos del antiguo mandatario el papel que podría ocupar en este nuevo escenario.
A nivel de políticas, Arce ha prometido pasar página al “modelo neoliberal” implantado en el último año, bajo la batuta de la presidenta interina, Jeanine Áñez. Así, ha prometido regresar al modelo que está “más del lado social”, ya que considera que la pandemia de coronavirus ha hecho más evidente “que la economía no está yendo bien”.
Arce, artífice de las políticas económicas en la última etapa de Morales en el poder, ha defendido también la capacidad del MAS para combatir la corrupción, alegando que, a diferencia del actual Ejecutivo, en el anterior quienes cometían alguna irregularidad sí rendían cuentas ante la Justicia.
Agencia Uno/ EP