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Un 15 de enero de 1913, Lionel Martin y Robert Bamford, fundadores de la compañía Bamford & Martin, fundaron la histórica marca británica, Aston Martin. Su primera creación, fue para la carrera Aston Hill. Unieron un chasis de Isotta Fraschini de 1908 y un motor Coventry Climax.

Su primer auto llamó tanto la atención que inmediatamente empezaron a producir sus primeras unidades para ponerlas en venta. Sin embargo, llegó la Primera Guerra Mundial y los planes cambiaron. La empresa quebró por primera vez en 1924 a pesar de la ayuda financiera del Conde Louis Zborowski, fanático de las carreras y piloto.

Lady Dorothea Charnwood salvó la compañía y puso al mando a su hijo, John Benson. No obstante, los problemas económicos seguían. De hecho, Lionel Martin, uno de los fundadores, tuvo que vender su parte a Augustus Bertelli y tomaron la decisión de cambiar el nombre de la marca a Aston Martin.

Con el cambio de mando no se terminaron los problemas. Lance Pridroux-Brune los salvó en 1932 pero después, vendió la empresa a Sir Arthur Sutherland, que cambió drásticamente el rumbo de la compañía. Dejaron de poner foco en el mundo de la competición, para empezar a enfocarse solamente en la fabricación de autos deportivos de calle.

Después de la Segunda Guerra Mundial, David Brown pasó a ser el propietario de la marca. Por eso, muchos modelos de Aston Martin empiezan con las siglas DB. Tras años de turbulencias en el plano económico, Ford tomó el control de la empresa en 1987 para luego hacerse con el dominio total. En 2013, Aston Martin llegó a un acuerdo con Mercedes-Benz para poder usar su tecnología a cambio de una participación en la marca.

En 2020, apareció el magnate canadiense Lawrence Stroll junto a un grupo de inversores, se hicieron con la mayoría de Aston Martin Lagonda Global Holdings. Mercedes mantiene una participación de la mano de accionistas como el magnate farmacéutico suizo Ernesto Bertarelli; Toto Wolff, copropietario y director del equipo Mercedes F1; o el piloto de F1 Sebastian Vettel. Sin embargo, las necesidades han hecho que tengan que dejar las puertas abiertas a inversores como el grupo chino Geely o el Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudita.

Aston Martin es una marca que ha pasado por momentos muy difíciles, pero ha dejado demostrado que son sobrevivientes y saben adaptarse a todas las circunstancias, produciendo algunos de los modelos más bonitos y elegantes que se han fabricado en la historia del automovilismo. Lo mismo se espera de ellos de cara a un futuro totalmente electrificado.

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